La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 499

Rebeca se quedó sin palabras ante lo que Benjamín le había dicho, así que se apresuró a responder.

—Lo que pasa es que, en mi opinión, Petra no tiene la personalidad adecuada para ti en este momento.

—Además, en Santa Lucía de los Altos, ella tiene un novio con el que lleva saliendo siete años. Cuando llegue el momento, esa mujer seguro va a usar eso para armar un escándalo.

—El abuelo ya se enojó bastante cuando ella insistió en cancelar el compromiso. Él todavía tiene el quince por ciento de las acciones, y si tú lo haces enojar en un momento tan delicado, ese quince por ciento va a terminar en manos de esa mujer. ¿De verdad crees que podrías seguir tan tranquilo en tu puesto si eso sucede?

Rebeca notó que su tono se le había ido de las manos y, tratando de calmarse, habló en voz más baja.

—Hermano, yo no quiero que estas cosas nos hagan pelear ni que haya broncas entre nosotros. Pase lo que pase, siempre voy a estar de tu lado.

—Solo que, ahora mismo, de verdad creo que deberías evitar que el abuelo se moleste.

Benjamín dejó el tenedor sobre la mesa, se levantó y caminó hacia la ventana. Desde ahí, habló con voz tranquila.

—Si el abuelo piensa que hay alguien mejor que yo para heredar Grupo Hurtado, pues que cambie de heredero. Pero yo creo que, en este momento, no va a encontrar a alguien con más capacidad que yo.

—Hermana, tus preocupaciones están de más.

—Cuando se trata de cosas importantes, el viejo es muy claro de mente.

Rebeca soltó un suspiro y dijo:

—Eso sí, el abuelo contigo no puede hacer mucho. Pero, ¿y Petra?

—¿Estás seguro de que ella va a poder resistir la presión del abuelo? Él tiene maneras mucho más duras que las mías. Yo nomás te digo dos cosas y ya, pero el abuelo no es alguien que se quede en palabras.

Benjamín apretó el celular con fuerza entre los dedos.

Rebeca, sin cambiar el tono, agregó:

—No importa cuál haya sido la razón para que tú y Petra terminaran. Cuando Damián Calvo le metió tantos recursos a ella, aun así, por la influencia de su madre, fue capaz de dejarlo todo. Yo creo que ahora tampoco aguantaría la presión del abuelo.

—Ella va a aguantar —soltó Benjamín, firme.

Rebeca soltó una risa corta y burlona.

—¿Tan seguro te sientes? Porque cuando estuvo en tu departamento, me dijo clarito que entre ustedes solo hay una relación de jefe y empleada, que no se arrepiente de haber terminado el compromiso y que nunca ha pensado en buscarte de nuevo.

Las palabras de Rebeca cayeron sobre Benjamín como cuchillos, clavándose en su pecho y luego girando, haciéndole más daño.

—¡Ya cállate! —gritó, sin poder contenerse.