La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 509

Baltasar siempre había sido el más fiel partidario de Benjamín, y en ese momento, se mantenía firme a su lado, sin vacilar.

—Mamá, desde que me lastimé, el tío ni siquiera se ha aparecido para verme una sola vez.

Petra estaba parada en la puerta, escuchando la plática dentro del cuarto, cuando el ascensor se abrió de repente.

Desvió la mirada y alcanzó a ver a un hombre de mediana edad saliendo del elevador. Llevaba puestos unos lentes con armazón dorado, y una gabardina negra que le daba un aire imponente, como si arrastrara consigo una barrera invisible que mantenía alejados a los demás.

No se podía negar: la presencia de Benjamín y la de ese hombre eran muy parecidas.

Petra bajó la vista para no llamar la atención, pero pronto levantó la mano, tocó la puerta del cuarto y, con la voz baja y discreta, interrumpió la conversación para informar.

—El señor Benjamín ya llegó.

De inmediato, adentro se hizo un silencio tenso.

Paulo se acercó a la puerta, y Petra se apresuró a abrirle, parándose a un lado con respeto.

Sintió una mirada intensa recorriéndola desde arriba, tan filosa que casi la hizo encogerse.

Petra levantó la cabeza y se encontró de frente con los ojos analíticos de Paulo.

—Señor Benjamín, adelante.

Su tono era tranquilo y cortés; ni un rastro de nerviosismo, ni de emociones fuera de lugar, manteniéndose serena ante la inspección de Paulo.

—Tú eres la más joven de la familia Calvo, ¿verdad?

De pronto, Paulo sonrió con un gesto amable, muy distinto al aire distante y rígido de antes.

—¿Trabajas ahora para Benjamín?

Petra asintió suavemente.

—Así es, señor Benjamín.

Paulo no se detuvo mucho en ella, y entró al cuarto con paso seguro, hablando mientras dejaba una canasta de frutas sobre el mueble.