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La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 522

Fausto sonrió y asintió con la cabeza.

—Sí, puedo darte mucho más.

—Incluso podría hacer que todos los proyectos de la familia Calvo en San Miguel Antiguo sean cien veces más fáciles que ahora.

—Para el señor Benjamín, tú no eres más que una gata callejera bonita que se cruzó en su camino. Te miró de reojo y, con un poco de lástima, te dejó probar un bocado. Pero yo soy distinto. Yo puedo ser tu respaldo. Te lo aseguro: si te casas conmigo, en San Miguel Antiguo nadie se va a atrever a meterse contigo.

Petra levantó la taza y tomó un trago, fingiendo indiferencia.

—Suena tentador.

Fausto soltó una risa burlona, se puso de pie y caminó hacia donde estaba Petra. Apoyó la mano en el respaldo de la silla y se inclinó, aspirando el aroma de su cabello.

—¿A poco no?

—Si te quedas conmigo, te conviene mucho más que estar con Lautaro.

Petra apretó la taza entre sus manos, la tensión subiendo por sus brazos.

Fausto, notando su incomodidad, se inclinó aún más, susurrándole al oído.

—Petra, hueles delicioso.

—¿Te acuerdas de aquellos mensajes que te mandaba antes?

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Petra, la piel se le erizó. No podía evitar sentir asco.

En la secundaria, Fausto le había enviado mensajes descarados, con fotos subidas de tono.

Aún hoy, si Petra los recordaba, le daban ganas de vomitar.

Miró hacia la puerta del salón privado, notando que los de seguridad seguían intentando forzar la entrada. No se habían ido, seguían dándole vueltas al candado.

El Salón Magnolia tenía solo una entrada; las otras tres paredes eran sólidas.

No había más salida que la puerta.

Petra sabía que debía ganar tiempo hasta que los de seguridad lograran abrir.

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