Luego de haber huido de la sala, Roxana no tenía a donde ir así que se escondió en el hueco bajo la escalera. Mientras se apoyaba en la pared y jadeaba, levantó la mano para tocarse los labios adoloridos y sintió como si los cálidos labios de aquel hombre aún la estuvieran besando; luego, bajó los ojos con desprecio.
Habían pasado muchos años y creía que ya no sentía nada por Luciano; sin embargo, después de un solo encuentro con él, el hombre volvía a causar estragos en su mente.
Luego de recomponerse, volvió a la sala. Dentro, los trabajadores seguían de fiesta e hicieron silencio cuando ella entró. Conrado frunció el ceño cuando se dio cuenta de que el estado de ánimo de Roxana había cambiado desde que había salido antes.
—¿Por qué te fuiste durante tanto tiempo? ¿Sucedió algo? Te ves... como si te hubiera ocurrido algo.
Roxana le sonrió con indiferencia y negó con la cabeza.
—No es nada. Solo salí para llamar a mi hijo. —Después de decirle eso, tomó asiento y Conrado no volvió a preguntarle nada más.
Ella se había ido durante un buen rato y no mucho tiempo después de que regresó, la mayoría de las personas ya se habían marchado. Como Roxana no se encontraba de buen humor, decidió dar por finalizada la fiesta así que bajaron todos juntos y todos se despidieron de ella y de Conrado. De pronto, solo quedaron ellos dos.
—Si no te molesta, te llevaré de regreso. Has bebido mucho esta noche y estoy preocupado —sugirió Conrado con suavidad.
Para mostrar que estaba de acuerdo con sus palabras, Roxana inclinó la cabeza.
—Gracias.
Desde que había regresado todavía no se había comprado un auto. «Parece que tengo que apresurarme y conseguir un auto».
—Es un placer.
Conrado le abrió la puerta del vehículo y, luego de darle las gracias de nuevo, Roxana se subió.
Mientras tanto, junto a la entrada del restaurante, Camilo miraba con temor la espalda de su jefe. «¿C-cómo puede haber tantas coincidencias? No puedo creer que estemos viendo a Roxana subirse al auto de otro hombre». Mientras él observaba cómo el auto se alejaba despacio, levantó la cabeza con cautela para observar la expresión de su jefe.
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