No Me Dejes, Aunque No Te Lo Mereces romance Capítulo 374

Aeropuerto.

Ariel acababa de bajar del avión y apenas se subió al carro ejecutivo, notó que el chofer no dejaba de mirarlo por el retrovisor. Había algo extraño en la forma en que lo miraba, nada que ver con lo habitual.

Sostenía en la mano el expediente que Teodoro acababa de entregarle. Ariel levantó la vista y, sin darle mucha importancia, soltó con calma:

—Claudio, hoy traes un humor raro.

El chofer, aferrado al volante con ambas manos, se apresuró a negar:

—No, no es nada, señor.

La verdad era que no había ido a ningún viaje de negocios. Mientras esperaba a Ariel, se la había pasado revisando el celular, así que ya llevaba más de dos horas enterándose de los chismes que circulaban en internet.

En el asiento del copiloto, Teodoro escuchaba la conversación y, tras mirar de reojo al chofer, siguió distraído revisando el celular.

Apenas desbloqueó la pantalla, le saltó en la cara el escándalo de Johana y Fermín, con fotos nítidas y demasiado claras.

En las fotos, la manera en que Johana y Fermín se trataban era muy distinta a cuando ella estaba con Ariel; junto a Fermín, Johana parecía relajada, como si por fin pudiera bajar la guardia.

Teodoro se quedó congelado mirando las noticias en tendencia. Hasta la respiración se le atoró en el pecho.

Después, giró la cabeza hacia Ariel, pero no supo cómo empezar a contarle todo aquello.

En la parte trasera del carro, Ariel levantó la mirada con serenidad y se topó con la cara de Teodoro, que lo observaba con una mezcla de nerviosismo y lástima. Ariel lo miró fijo, sin inmutarse.

La mirada de Ariel decía claramente: “Si tienes algo que decir, suéltalo de una vez.”

Ante esa presión silenciosa, Teodoro terminó por tenderle el celular a Ariel y murmuró:

—La señorita Frida se volvió tendencia en internet.

El informe de Teodoro hizo que la expresión de Ariel se endureciera y, sin dudar, tomó el celular.

Al ver el escándalo de Johana y Fermín, el rostro de Ariel se volvió imposible de leer. No importaba si Frida era o no Johana, él sentía que no tenía ni una sola ventaja.

Después de revisar el chisme, Ariel le lanzó el celular de regreso a Teodoro, sin decir palabra.

Ya en la oficina, Ariel le pidió a Teodoro que investigara quién había soltado el escándalo y, tal como sospechaba, fue Maite quien movió los hilos para que la noticia explotara en redes.

Maite seguía haciendo de las suyas, así que Ariel, con el ceño apretado, marcó su número de inmediato.

Apenas contestó, Ariel fue directo al grano:

—Maite, ¿qué pretendes con esto?

Al otro lado de la línea, Maite respondió con voz tranquila, sin alterarse:

—No pretendo nada, solo quería dejarte claro que, sea o no Frida realmente Johana, tú y ella no tienen futuro. Y si sí es Johana, mucho menos.

—Ariel, déjate de cosas y suéltala de una vez.

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