Entrar Via

¿Problemas con tu Ex? Cásate con su Hermano. romance Capítulo 7

Bastián salió del baño con una bata blanca, el cabello aún mojado cayéndole sobre la frente. Cada gota de agua que resbalaba por su piel resaltaba esa especie de magnetismo que era imposible ignorar, una tensión que se sentía en el aire y que de inmediato desató recuerdos en Elisa.

Por un instante, la imagen de la noche anterior se apoderó de su mente: él sobre ella, moviéndose con fuerza y decisión, el sudor cayéndole sobre el hombro, el calor de su cuerpo haciéndola sentir que incluso después de tantas horas, aún podía arder.

La figura de Bastián era digna de admiración, un equilibrio perfecto entre fuerza y elegancia. Ni demasiado robusto ni demasiado delgado, su presencia imponía.

¿En qué estaba pensando?

Elisa sintió el calor subirle a las mejillas y bajó la mirada, un poco avergonzada.

Bastián se pasó la toalla por el cabello de manera distraída, su voz grave y profunda cargada de algo difícil de descifrar.

—¿Para qué necesitas el dinero?

Elisa había planeado preguntarle algo que dejara en claro la clase de persona que era, pero esa pregunta tan directa la tomó por sorpresa y, por alguna razón, la hizo sentir como si hubiera hecho algo mal.

Además, ¿quién era Bastián? Para él, esto no era más que un juego. Jamás se casaría con alguien como ella.

Vaya que había cometido una tontería. ¿Cómo pudo ser tan ingenua? ¿Por qué no se dio cuenta antes?

No le quedó más remedio que buscar una excusa.

Hasta su voz tembló un poco al responder:

—Es que... pensé comprarte unos cigarros, anoche trabajaste mucho.

Mientras hablaba, Bastián se acercó a ella.

Elisa sintió cómo los nervios la traicionaban.

—¿Te gustó?

La voz grave de Bastián le atravesó los oídos, con ese tono insinuante que le hizo contener el aliento.

—Eh...

¿Había estado bien? Supuso que sí.

—¿Esto es lo que se le paga a una señorita por dejarla satisfecha? —preguntó él de nuevo, con esa voz ronca que le ponía la piel de gallina.

Elisa sintió que el dinero en su mano quemaba, como si sostuviera una brasa encendida.

¿Cómo se suponía que debía contestar eso?

De pronto, el timbre del celular interrumpió el momento.

Bastián se giró y atendió la llamada.

Elisa sintió que la atmósfera densa se disipó de inmediato.

Elisa se giró, atónita. Ya lo veía vestido: el saco perfectamente ajustado, la camisa blanca con dos botones desabrochados, un aire desenfadado pero imposible de ignorar.

Elisa respiró hondo y trató de poner sus ideas en orden. Sí, buscaba a alguien con quien casarse para poder tomar el control de la empresa de sus padres, pero jamás imaginó que terminaría considerando a alguien como Bastián.

Intentó rechazarlo con suavidad:

—Lo de anoche fue para desestresarnos, no hace falta tomárselo tan en serio.

Bastián ajustó su corbata, la miró desde arriba y una ligera sonrisa se dibujó en sus labios.

—Yo me tomo las cosas en serio. Y además...

Dirigió una mirada rápida al dinero sobre la mesa, luego volvió a clavar sus ojos en los labios de Elisa.

—Anoche fue mi primera vez. Unos cuantos pesos para cigarros no cubren la responsabilidad.

Elisa se quedó muda.

¡Como si ella no estuviera igual!

Bastián arqueó una ceja, firme:

—Así soy yo. No cambio mis principios.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¿Problemas con tu Ex? Cásate con su Hermano.