¿Quién es el hombre de mis sueños? romance Capítulo 14

Génova se quedó algo atónita ante las palabras de la gerente y creyó que todo el mundo estaba allí para ridiculizarla y que la mujer la reprendería antes de despedirla. No podía creer que todo el mundo se comportara de forma tan respetuosa con ella. Cuando escuchó la mención de Patricio por parte de la gerente, levantó las cejas en señal de duda y se volvió hacia Lucía, quien le dio una calada al cigarrillo y le sonrió arqueando las cejas. Así funcionaban las cosas; nadie se atrevía a intimidar a alguien que tuviera a una figura influyente que lo apoyara.

Cuando Génova salió de Ciudad Nocturna, Lucía la siguió para decirle adiós. Ambas mujeres se conocieron en ese club; Lucía era madre soltera y a su hija le habían diagnosticado leucemia. Su marido se había fugado con su amante, por lo que no le quedaba más remedio que trabajar allí; esperaba poder ganar suficiente dinero para que su hija pudiera recibir el tratamiento que necesitaba.

Como el taxi que había llamado Génova no había llegado, ambas charlaron un momento junto a la carretera. Mientras la ayudaba a ajustarse la bufanda alrededor del cuello, Lucía sonrió.

—Géno, puedo ver que Patricio está interesado en ti. Deberías aprovechar esta oportunidad para ganarte su corazón —le aconsejó.

Ambas mujeres habían llevado una vida dura, por eso, ella comprendía que, si su amiga tuviera a Patricio a su lado, no sufriría más. Deseaba que Génova fuera feliz.

—Para ser sincera, no conozco a Patricio —dijo Génova luego de suspirar—. De hecho, podríamos llegar a convertirnos en enemigos en el futuro.

«Cuando se case con Felicia, lo consideraré mi enemigo». Tenía las mejillas un poco rojas por el frío. Al oír sus palabras, Lucía le acarició el rostro y la tranquilizó:

—Géno, confía en mí. Mientras estés dispuesta, ese hombre será tuyo y solo tuyo.

En ese momento, llegó el taxi y, antes de subir al auto, Génova se volvió y miró una vez más a su amiga; se dio cuenta de que había adelgazado aún más. Durante el día, Lucía estaba en el hospital cuidando de su hija y por la noche trabajaba en Ciudad Nocturna. Sintió un poco de lástima por ella.

—Lucía, no te olvides de descansar. Dentro de unos días llevaré a Julieta y a los niños a visitar a Melanie —comentó.

La otra joven dejó escapar una sonrisa tímida y respondió:

—Lo haré. Ten cuidado en el camino de vuelta.

Al llegar a casa, Génova fue a ducharse de inmediato; sin embargo, mientras se bañaba, empezó a sentirse mal y a estornudar sin parar. Después de tomar un medicamento para el resfrío, se fue a la cama. «Debo haberme agarrado algo cuando caminaba de vuelta al club desde el estacionamiento. Espero que la medicación para el resfrío me sirva...».

Al día siguiente, los tres niños se levantaron a las siete de la mañana para desayunar. Normalmente, Génova los llevaba al colegio, pero esa mañana tenía un fuerte dolor de cabeza, le dolía el cuerpo y no paraba de toser. Al ver que no se había levantado, Julieta corrió a su habitación.

—Géno, date prisa... Vamos a llegar tarde —le instó.

Capítulo 14 Penosa 1

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