Todos miraron a Luna en secreto por el rabillo del ojo cuando regresó al departamento de diseño, tratando de ver la decepción en su rostro después de que el Presidente la reprendiera.
Sin embargo, no había ninguna.
Luna llevó tranquilamente la pila de documentos a su escritorio.
Bonnie, que estaba al lado de Luna, se subió las gafas mientras miraba a Luna atentamente. "¿Se aprobó la propuesta?".
Mirando a Luna, no parecía que la hubieran regañado.
Cabe mencionar que algunos diseñadores habían ido a la oficina del Presidente y habían vuelto con un regaño antes de que Luna fuera.
Algunos con egos frágiles entraron con plena confianza solo para regresar llorando.
Según los rumores, Joshua, el Presidente, nunca se enojaba. Solo usaba sus miradas frías y asesinas. Era tan aterrador que ellos admitían de
una vez sus errores.
Todas las mujeres que iban a la oficina del Presidente juraban que nunca más volverían.
Sin embargo, Luna parecía...
¿Era porque la propuesta había sido aprobada y por eso Luna se veía tan tranquila?
"No", respondió Luna sin emoción, y luego se sirvió un poco de té. "El Presidente dijo que hay bastantes problemas".
Bonnie hizo una pausa por un momento. Ella inconscientemente dijo con una voz reprimida:' A ti... ¿no te regañaron?".
"¿Por qué me iban a regañar? No he hecho nada malo".
Luna cogió la taza de té y tomó un sorbo. Se puso de pie y se dirigió a la oficina de la directora.
Cuando Shannon vio a Luna entrar a su oficina, dejó de hacer lo que estaba haciendo.
"¿Qué dijo el Presidente?".
Luna abrió el documento y colocó frente a Shannon la nota escrita por Joshua que había copiado de ella.
"Esto es del Señor Lynch".
Shannon frunció el ceño. En el momento en que miró el papel, su rostro se transformó en una paleta de colores.
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