Reencarné y mi Esposo es un Coma romance Capítulo 160

Las compañeras que minutos antes defendían a Tania cambiaron de expresión de inmediato, sintiéndose avergonzadas. De pronto, se dieron cuenta de que habían quedado como payasas por salir en su defensa.

¡Pero si la verdadera culpable era ella! ¿Cómo podía mostrarse así de tranquila y aun así tratar de culpar a Sabrina?

—Las pruebas son claras. Ahora quedas oficialmente detenida. Todo lo que digas será registrado —el jefe de la policía le colocó unas esposas a Tania y comenzó a escoltarla fuera del lugar.

Todo ocurrió tan rápido que Tania ni siquiera alcanzó a reaccionar.

Cuando por fin procesó lo que pasaba, empezó a actuar, fingiendo sentirse mal y diciendo que necesitaba ver a un médico.

Incluso se dejó caer al suelo, sujetándose el pecho y fingiendo que le costaba respirar.

Los policías, que veían este tipo de escenas a diario, ni se inmutaron. Para ellos, no era más que otro show de circo.

A Sabrina le causó tanta gracia que sacó su celular y empezó a grabar. Pensó en enviarle el video a Adriana para alegrarle el día.

En cuanto Tania notó la cámara apuntando hacia ella, se levantó de un brinco, ágil y lista, nada que ver con una persona enferma.

Lanzó una mirada venenosa a Sabrina, apretando los dientes tan fuerte que rechinaban.

¿Por qué volvía a perder contra Sabrina?

Si hasta había tenido una segunda oportunidad en la vida, sabía tantas cosas que Sabrina ni imaginaba.

—Por favor, acompáñenos —el jefe de policía, ya acostumbrado a sus trucos, la tomó del brazo para llevársela.

Isabella se acercó a los policías y declaró con firmeza:

—No pienso dejar esto así. No me busquen para arreglos en privado; ni aunque pague, igual debe ir a la cárcel.

Sabía que tenía la piel delicada, y ahora tenía una herida en la frente. No sabía si le quedaría cicatriz, pero no estaba dispuesta a dejarlo pasar.

El jefe de policía asintió y se dispuso a marcharse con Tania.

Justo en ese momento, Germán apareció.

En cuanto Tania lo vio, sus ojos se iluminaron. De repente, todo su mundo volvió a tener sentido.