Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 100

La mañana siguiente Danielle, se despertó al notar la mano de Nicholas, sobre su vientre, la acariciaba con suma delicadeza y sin dejar un solo centímetro sin tocar, se sentía bien, realmente bien finalmente experimentaba la sensación de felicidad que su tía tanto insistía en que algún día le llegaría.

— No me quiero perder ni un solo centímetro de esto —susurra al notar que se había despertado

— Parece que estuviese hinchada, como si no pudiera ir al baño hace días

— ¡Dani! —rió divertido

— Estoy engordando muy rápido, en cualquier momento reviento los pantalones

— Lo cual es muy bueno mi amor

— No para mi cuerpo, me voy a llenar de marcas y celulitis, no quiero que mis pechos crezcan más, ni mi trasero, me voy a convertir en una albóndiga

— Pero esos son dos de tus mejores atributos —discrepa subiendo sus caricias a sus pechos desnudos adorándolos con suavidad

— Me voy a transformar en un pez globo, como la Señora Puff, de Bob Esponja

— ¿Quién?

— La profesora de la escuela de manejo –explica con un puchero

— ¡Dani!

Suelta una sonora carcajada ante sus ocurrencias. No podía evitar su buen humor pese al fin de semana que le esperaba, despertar junto a Danielle, es lo que necesitaba para saber que nada de lo sucediera en el día era tan difícil como estar sin ella.

— Te quiero ver muy embarazada, hermosa con tu vientre creciendo y esa sonrisa maravillosa en tu rostro capaz de iluminar la más oscura de las habitaciones

— Mierda ¡Me voy a casar con Pablo Neruda!

— ¡Oye!

— Te pusiste poético y ¿un poco…, romántico? —ríe relajada

— Mira lo cursi que me haces ser, es inaceptable Señorita Ross —bromea

— Don mandón, me lo como a besos

— Adelante —la besó en el costado del vientre justo sobre su tatuaje

— No puedo, tengo que tomar una ducha, agarrar el desayuno y correr a clases, hoy tengo examen temprano, pero la mañana libre, veré a papá y luego a Lee, almorzaremos con Robbie, en mi apartamento, después tengo una clase y...

— Y se acabó, eres mía hasta que tome el avión

— Correcto hasta que te vayas...

— Será breve, necesito hacer esto y te prometo que nunca más nos vamos a separar

— ¿Se trata de la detestable o solo evitas hablarme de este viaje?

— A ti no te puedo mentir, solo no quiero que te preocupes

— Entonces se trata de la “amiga” esa —soltó con desdén

— Si

— Dime por qué tienes que viajar

— Vanessa, ha estado evitándome desde que le dejé un mensaje luego que habláramos esa noche en tu apartamento, no lo pensé dos veces, tú eres más importante y desde entonces ha estado escondiéndose

— ¿A qué lugar vas? Dime más o de verdad me pondré ansiosa

— Su familia hace esta fiesta todos los años, una gala, un baile en celebración del aniversario de los padres, un gran evento a la mitad del invierno su hijo mayor asiste y hacen un gran escándalo solo porque vive y tiene negocios en Francia, asiste todo el mundo, políticos, actores, gente “influyente” lo hacen solo para exhibir su fortuna

— Y ella no se lo pierde ni loca, frente a todos no te puede evitar y tu familia también estará observándolos

— Exacto

— ¿Y si voy contigo? Esa gente es mala y no quiero que te hagan daño

— Iré directo al grano, en cuanto tenga lo que necesito me vengo para estar contigo, voy a estar bien

— No me gusta que veas a esa bruja

— Prefiero mil veces quedarme contigo pero es algo que tengo que hacer

— Bueno —suspira resignada—. Voy a ducharme

— Si, vamos a ducharnos

— Pero no tengo mucho tiempo así que tienes que comportarte

— Siempre me comporto

— Eso ni tú te lo crees, tienes grabado en la frente la palabra sexo

— ¿Qué yo, qué? —finge no estar de acuerdo

— Lo que oyes, además tu pene está apuñalándome el muslo, creo que no sabe dónde meterse

— Jamás tendré suficiente de ti

— Que bueno, así volverás pronto porque solo quiero una cosa para mi cumpleaños

— Dilo —pidió risueño

— Tus manos sobre todo mi cuerpo

— Sí, música para mis oídos

— Antes que ya no quiera que me veas desnuda

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