Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 129

Volvieron a besarse antes de lanzarse a la cama absolutamente desnudos con el único objetivo de explorar sus cuerpos acariciándose, dando ardientes mordidas por todas partes preparándose para su primera vez juntos entonces Theo, se detuvo, caliente y excitado observó a Wes, contempló su erección con hambre consciente de lo que le pidió

— No lo pienses tanto, solo hazlo Theo

— Lo haré, el asunto es que no tengo ningún tipo de lubricante y lo necesitaremos

— Para…

— Sí, para no hacerte daño

— Oh…, y ¿qué podemos hacer?

— Conseguir uno natural, relájate, cierra los ojos y no dudes en decir lo que te gusta

— ¿Qué vas a hacer?

— Haré que te corras para usar tus “fluidos” como lubricante

— ¿Hablas de sexo oral?

Jadeó ruborizado, la imagen de Theo, observándolo desnudo era tan erótica que estaba seguro que no tardaría mucho en correrse, así que cuando sintió su lengua y labios succionándolo soltó un ruidoso gemido lo que solo animó al diseñador a seguir y seguir y seguir. Wes, sentía todo su cuerpo caliente y los latidos de su corazón nunca se escucharon con tanta fuerza que esos sonidos combinados con la boca de Theo, hicieron que se corriera sin siquiera poder avisarle, solo se dejó ir en las nubes por segundos, minutos, no era capaz de saber cuánto pasó hasta que sintió los dedos de Theo, humedeciendo su entrada, metiendo uno primero, luego dos, ardía de lujuria y desesperación por sentirlo, sería el primero que lo hiciera y no podía esperar más.

Culminaron la larga noche de descubrimiento sexual haciendo algo más que tener sexo. Puede que el diseñador tenga mucha experiencia y haya hecho excepciones pero lo cierto es que nunca se había sentido tan bien estando con otro hombre, ni siquiera lo podía comparar con su primera experiencia sexual, nunca fue tan paciente en la cama, era rudo e intenso, le gustaba ir directo al grano sin juegos previos, si estaba caliente iba y buscaba lo que deseaba. Para él, esta noche con Wes, fue mucho más, en su habitación privada cargada de intimidad se sintió tan conectado, le abrió su corazón, estaba listo para dejar entrar a este hombre tan sincero y leal, tan protector y tierno dispuesto a defender a quienes le importan sin preocuparse por las consecuencias.

— ¿Todo bien?

Fue Wes, quien rompió el silencio, la respiración de Theo, era cada vez más suave y aun no quería que se durmiera.

— Muuuy bien, de hecho ¿Qué hay de ti “Wesito”?

— Yo creo que me siento bastante relajado, gracias

— Es un placer, ahora es tiempo de descansar, aún no he tenido suficiente de ti así que no creas que ya acabamos

— Esperaba que dijeras algo así

— Bien, iré al baño un momento, no tardo

Sin absolutamente una sola gota de pudor, Theo, empujó las sabanas y se levantó absolutamente desnudo, se metió en el baño por unos minutos antes de regresar con Wes. Lo encontró sentado en el centro de la cama

— De acuerdo, ahora que finalmente te he atrapado y no puedes levantarte quiero que me digas el motivo por el cual tú y Lee, llegaron tan tarde

— ¿Tenemos que arruinar la noche con eso?

— No tengo idea sobre Lee

— ¿A qué viene eso?

— Solo sé que es un querido amigo para Dani, y podría perfectamente estar interesado en ti

— ¿Estás celoso?

— Sí, ustedes dos se veían muy cómplices, no me gustó

— El Doctor V, es un buen hombre, tranquilo y tradicional —le explica con una sonrisa—. Y heterosexual para tu tranquilidad

— ¿En qué andaban? —insiste

— Nos emborrachamos, Lee, lo necesitaba, yo lo necesitaba, así que bebimos y reímos muchísimo el Doc, es muy bueno para hablar tonterías

— Bien, solo amigos, ahora ¿por qué se retrasaron? —volvió a preguntar

— Me echaron del apartamento, nos despertaron y unos hombres comenzaron a sacar todo, aún estábamos aturdidos por la noche anterior cuando todo sucedió

— ¿Qué? ¿Hablas en serio?

— Si

— Pero ¿qué hiciste, donde te estás quedando?

— Con Lee, llevamos todo a su lugar por eso nos retrasamos, fueron un par de viajes

— Pero tengo entendido que se mudó con Dani

— Si, a la casita de huéspedes cerca de la piscina, tiene dos habitaciones y es bastante cómoda

— Vaya…

— Le pedí a Lee, que no le contara nada a Dani, para no opacar este día y el bobo se puso muy nervioso, no sabe mentir

— Bien, te creo

— No arrugues esa frente ¿qué te molesta? —quiso saber acariciando las marcas en su frente con el dedo índice

— Puedes pedirme ayuda a mí

— Lo sé, pero no voy a quedarme contigo, eso arruinaría las cosas, sea lo que sea esto hay que ir lento

— Haré lo que me pidas solo porque no tengo idea de relaciones y quiero hacerlo bien

Esa pequeña loca cosa llamada amor 1

Esa pequeña loca cosa llamada amor 2

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