Así que la sorpresa que se llevó Theo, cuando Wes, se paró junto a él, en la conferencia de prensa que convocaron fue grande, el diseñador, se quedó en blanco, pocos segundos atrás leyó un resumen de la denuncia de esa mujer omitiendo los detalles sexuales y ahora él, con ayuda de una pantalla les demostró la falsedad de sus venenosas palabras, bueno luego de recuperar el habla.
— Además de las evidencias y gente que confirma que en mi casa nunca se efectuó tal fiesta debo aclarar que soy gay, no me avergüenza decirlo y no lo hice antes porque no es de su incumbencia, pero debido a las circunstancias he tenido que aclararlo y con esto acabamos, el día anterior y la noche de año nuevo lo pasé acompañado de mi novio —eso le sacó su primera sonrisa en semanas—. Que hoy me acompaña, el señor Wes Phillips, es todo.
La mañana siguiente fue el juicio de Theo, y por supuesto que Danielle, quiso apoyar a su amigo y claro Nicholas, no iba a dejarla ir sola, aunque estuviese con sus amigos. Fue terrible. Sus padres estaban en la corte apoyando a esa mujer, defendiéndola de la prensa y sus preguntas respecto a la conferencia que dio Theo, la mañana anterior. Claro que ganaron el juicio y la evidencia de las mentiras de esa mujer quedaron a la luz.
Pero Nicholas, no lo soportó, esa noche bebió de más intentando quitarse de la cabeza la imagen de sus padres protegiendo a esa loca, preferían a una extraña que a su propio hijo.
— Amor, vamos a la cama, ya ha sido suficiente —le susurró
— ¿Me pasé?
— No Nic, pero estás agotado y quiero ir a la cama contigo ¿me acompañas?
— Siempre
Danielle, se despidió de sus amigos, abrazó a Theo, una vez más, feliz por él, y les recordó que podían quedarse en la sala toda la noche si lo deseaban. Subió las escaleras abrazada o rodeada por Nicholas, que no dejaba de acariciarle el vientre provocándole cosquillas. En la habitación se encargó de quitarle la ropa y meterlo a la cama, luego se fue al vestidor a ponerse el pijama y luego al baño a hacer su rutina nocturna de desmaquillarse y su limpieza facial. Para cuando se metió en la cama creyó que Nic, ya estaría dormido, pero no fue así, en cuanto apagó las luces él, se giró metiendo las manos debajo de su camisón para tocar su vientre, se aferró a su panza mientras ella le acariciaba la espalda, Danielle, resistió una hora antes de quedarse dormida. No así Nicholas, que no pegó un ojo hasta pasadas las 6 de la mañana dándole vuelta a todo el comportamiento de sus padres a lo largo de los años.
Vestido con un simple jeans negro, zapatos informales, una camiseta de polo azul marino y chaqueta Nicholas, entró en la sala donde Dani y Robbie, esperaban a que el almuerzo estuviese listo.
— Vaya cariño, te ves muy bien sin tus trajes —sonrió Dani, pero entonces notó sus ojeras—. Bebé ¿estás bien? —enseguida se levantó lentamente para tomar su rostro y examinarlo
— Tengo que salir mi vida, hay algo que necesito hacer —suspiró tomando una de sus manos para llevársela a los labios
— ¿Vas a estar bien tu solito? ¿Quieres que vaya contigo?
— Necesito hacerlo solo, además mi princesa necesita almorzar pronto —sonrió al escuchar a las indiscretas tripas de Dani, rugir en el peor momento
— Irás a su casa —susurró con preocupación
— Sí, y será la última vez
— Estaré esperándote justo aquí y si me necesitas solo llámame e iré donde sea que estés ¿de acuerdo?
— Demonios —suspira—. ¿Qué haría yo sin ti?
— Señor Allen, ya sabe la respuesta a eso —sonríe distrayéndolo un poco
— Señora Allen, estoy enamorado de usted
— Y yo de usted señor, regrese pronto
— Así lo haré
Tomó el rostro de Danielle, y unió sus labios con fuerza, luego la abrazó y lo mismo hizo con Robbie, le dio un fuerte abrazo cargándose de energía y se marchó.
En la casa de sus padres no fue necesario anunciar su llegada, los empleados lo conocían y siguiendo sus instrucciones lo dejaron pasar hasta la sala con la intención de sorprenderlos, pero en su lugar Kristall, era quien estaba allí, sola.
— Nicholas ¿qué haces aquí?
— Kristall, no tengo tiempo para tratar contigo hoy ¿dónde están tus padres?
— “¿Tus padres?” También son los tuyos Nico ¿de qué hablas?
Confundida Kristall, se levantó del sofá acercándose a su hermano, no le gustaba para nada la mirada en su rostro, no podía significar nada bueno.
— ¿Padres? Esos dos no saben nada acerca de ser padres ¿qué no te has dado cuenta? ¡¿Dónde están?! —exigió furioso
— En la terraza con…, Vanessa…
— Esa hija de puta
Espetó encaminándose a la terraza, pero Kristall, le bloqueó el camino antes que pudiera dejar la sala alarmada, no quería una pelea
— ¡Espera, espera! Nico, tienes que calmarte, no puedes verlos así, estás alterado
— ¡Claro que estoy alterado! Esa plaga atacó a mí esposa ¿qué clase de persona golpea a una mujer embarazada?
— ¿Qué? ¿Estás seguro que lo hizo?
— ¡Sí, carajo! Es una maldita desquiciada
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