— Ya basta de sacarnos en cara tus traumas, los conocemos, somos tus padres Nicholas, así que ahora quiero que des la vuelta y te vayas a tu casa a calmarte con tu “esposa”
— Te prohíbo que te refieras de ella en ese tono, Danielle, es lo mejor que me pudo pasar en la vida y debes respetarla Irene
— Es solo una más del montón, una simple asistente —le recuerda con altanería
— También lo eres tú Irene, una simple secretaria que se casó con el hijo del dueño de la empresa, no entiendo el descaro con el que te refieres a Danielle, cuando tú, comenzaste del mismo modo
— Ya tuve suficiente de ti, vamos querida, entremos a la casa
Ofendida tomó la mano de Vanessa, y la jaló hacia la casa, pero frenaron sus pasos al escuchar a Nicholas
— Desde hoy les prometo esto, si ayudan a esta mujer me veré obligado a tomar medidas, iré contra ustedes, tu inversión en el Garden será disuelta, Imperio no te necesitará más Elías, cortaré toda conexión y si se ponen en mi camino los sacaré y no seré considerado ¡¿está claro?!
— ¡No puedes sacar a tu papá de la compañía! Es su derecho —chilló Irene, histérica
— El abuelo me dejó la compañía a mí, así que haré lo que se me dé la gana
— Te estás excediendo, nos vas a dejar en la calle —le dio donde más le duele, el dinero
— ¡Ustedes se están excediendo al ayudar a esta estúpida! Pero ya hicieron su elección, ya no tienen hijo, desde hoy ustedes no son mi familia
Con el corazón roto Nicholas, salió de allí pasando junto a Vanessa, asesinándola con la mirada, iba en serio, muy en serio, se sintió bien verla alejarse asustada, se acabaron los juegos.
Ignorando a su hermana que caminada detrás de él, llegó hasta su auto, abrió la puerta listo para salir de allí pero Kristall, se interpuso bloqueándole el paso
— ¡Respóndeme!
— ¡Qué quieres saber! Ya deja de seguirme, acabé con todos ustedes, olvídate de mí
— Dime qué te pasó cuando niño, necesito saberlo, nadie me dice nada, me tratan como a una tonta —hasta el momento no había notado a su hermana realmente, tenía los ojos hinchados de tanto llorar
— Kris… —suspira sintiéndose culpable—. No puedo…, ahora no, por favor
— Te lo ruego Nico, por favor, quiero entender el odio que sientes por mamá y papá, también siento rencor por cómo nos trataron de niños, quiero entender…
Sin ser capaz de ignorar lo vulnerable que se veía su hermana la atrajo en un abrazo y se aferró a ella. Nunca se habían demostrado afecto, culpa de sus padres, los criaron para ser fríos y calculadores. “Exitosos”
— Regresa a la casa y piensa bien en lo que hacen tus padres, están tan equivocados hermana
— Dímelo Nic, por favor
Apretando su abrazo Nicholas, contuvo la respiración sintiendo nauseas, temblando, pero su hermana tenía razón, merecía saberlo
— De acuerdo —tomó aire soltándola para poder verla a los ojos—. Kris, yo…
— ¿Qué te pasó Nicholas?
— Me secu..estraron Kris, me metieron en el maletero de un auto y…
Como niño pequeño Nicholas, se refugió en los brazos de su hermana, no pudo con todas las emociones que cortar la relación definitivamente con sus padres le provocaba y mencionar su trauma, se echó a llorar. Y aunque solo fue por un instante Kristall, absorbió el momento conteniendo su propia angustia, su shock y lo sacó de allí. Lo metió al auto y condujo hasta la casa de su hermano. El camino fue largo, mucho más largo que de costumbre y silencioso, así que cuando llegaron ninguno bajó ni dijo una sola palabra, solo permanecieron en la compañía del otro
— ¿Nic?
La voz de Danielle, lo despertó de su trance. Kristall, de inmediato reaccionó saliendo del auto para apartarla, pero entonces Nicholas, bajó del auto y se lanzó a sus brazos, la abrazó tan fuerte como pudo y ocultó su rostro entre su cabello rizado.
— Yo me encargo, puedes pedirle a Patricia, que hable con el chofer para que te lleve de regreso, gracias.
Dicho esto se llevó a Nicholas, a la habitación, le quitó la chaqueta y los zapatos para recostarlo en la cama, estaba exhausto emocional y físicamente. Simplemente se quedó a su lado todo el día, incluso cenó en la cama junto a él, bueno lo que pudo, la preocupación por su hombre fuerte, la tenía descompuesta ansiando ver sus ojos.
Finalmente se despertó a la medianoche.
— Voy a acelerar las cosas, que el maldito juicio sea lo antes posible
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