Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 60

Por un rato Mika, les dio detalles de su embarazo, que básicamente eran sus raros antojos de mariscos y todo producto del mar. También la posible fecha del parto y la lista de nombre tanto si es niña como si es niño. Por su parte Nicholas, se mantuvo en silencio muy atento a la reacción de Danielle, ante el tema de conversación, imaginaba lo difícil que debía ser que otra de sus amigas esté embarazada. Además de esa culpa que carga sobre sus hombros día a día

— Es hora de irnos, Dani ¿estás lista?

— Sí, gracias por el pie, estaba delicioso Mika

— Pero… ¿tan pronto? —gimoteó Mika, haciendo pucheros

— Mik, ya deja que se vayan, de seguro Nicholas, ha tenido un día largo y quiere descansar —interviene Leo

— De acuerdo, cuando quieras algo dulce solo ven a verme o ve a la tienda, también me gustaría ir a verte a tu apartamento

— Lo haré y puedes ir cuando quieras, a Muffin, le agradan las visitas

Todos se despidieron, Wes, decidió quedarse un poco más prometiendo llamar a Danielle, la tarde siguiente. Y una vez solos libres de miradas curiosas Nicholas, no pudo aguantar un minuto más sin abrazarla, lo hizo antes que subiera al auto tomándola por sorpresa, pero luego de un instante lo estrechó recibiendo todo su cariño y preocupación por varios silenciosos minutos, lo necesitaba

— Mika, te lo dijo —susurró sobre su pecho

— ¿De qué hablas?

— Por favor, no hagas eso, no me mientas

Con la preocupación reflejada en su expresión tan fría, aflojó sus brazos para poder echarse para atrás y poder observarla a su hermoso rostro en silencio, no sabía cuándo era buen momento para tocar ese delicado tema y no afectarla, la culpa que se echa sobre los hombros era algo que le preocupaba…, no paraba de darle vueltas desde que Mika, se lo contó

— No quiero que te sientas así —suspira decidiendo ser sincero

— Tampoco me agrada pero no es algo que pueda decidir Nic

— Prometo hacer mi mejor esfuerzo para cambiar eso

— Cariño..., no te sientas obligado —pide contemplando su atractivo rostro—. Solo dame un beso y vámonos de aquí ¿sí?

— Por supuesto mi amor

La convicción y seriedad en esa simple frase hicieron que Danielle, se sintiera completa, amada, protegida y muy, muy enamorada. Recibió ese beso como si fuera el primero. Lento y muy intenso... En silencio se separaron para subir al auto y marcharse de una vez.

Pero al cabo de un rato, cuando ya prácticamente estaban llegando a casa de Nicholas, Danielle, no pudo contenerse, no escucharlo la ponía nerviosa, el silencio era ruidoso.

— ¿Todo bien en el trabajo? —intentó sacarle conversación

— Bajo control

Continuó pensativo con su mirada fija en las calles. Pero Danielle, lo intentó una vez más

— Eso es usual en ti..., estás de pronto muy callado ¿qué pasa Nic?

— Nada Dani, solo me ha gustado verte tan bien esta noche y se me ha quedado en la cabeza

— Me siento bien

— Es lo que importa cariño —continuó inexpresivo

— No, lo que importa es el motivo por el cual estás tan misterioso ¡me pones nerviosa!

— Estamos llegando a casa, solo necesito relajarme —suspira apuntando un pequeño mando a distancia para que la puerta de acero de la propiedad se abra—. Y a mi novia dándome uno de esos masajes tan buenos que sabe hacer

— Bien, pero no creas que vas a escapar, quiero saber qué te pasa Nicholas Allen

Estacionándose frente a la entrada giro su rostro para encontrarse con esos ojos azules que tanto le gustan..., lo miraban preocupados

— Pasa que tengo ganas de ti, de hacerte cosas sucias y llevarte al límite, que grites mi nombre y solo el mío…, eso me pasa, necesito saber que eres mía

— ¿Que estamos esperando? Bajemos de una vez

Emocionada bajó del auto, caminó hacia Nicholas, y traviesa se lanzó a él, colgándose de su cuello para besarlo. Siguiendo su juego Nic, le rodeó la cintura con los brazos cargándola hasta la entrada donde Patricia, los recibió con sorpresa y una gran sonrisa, no era un comportamiento propio de su jefe. No expresaba sentimientos o era espontáneo, menos en público o frente a los empleados

— Buenas noches Señor Allen, señorita Danielle

Los recibe con alegría, ver a su serio jefe llegar con su novia muy risueños y en una acción “espontánea” nada propia de don seriedad, no era común.

— Patricia, no me llames señorita, me hace sentir vieja —protestó Danielle, aun en brazos de Nic

— Me disculpo Danielle, bienvenidos

— Gracias Patricia ¿está todo listo?

— Tal y como lo solicitó Nicholas. La cena estará en una hora ¿desea que prepare algo en especial?

— Papitas fritas —pidió Danielle, intentando bajarse pero los brazos de Nicholas, se negaban a dejarla alejarse

— Si y un licuado de fruta también —añadió Nicholas—. ¿Alguna preferencia amor?

— Fresas

— ¿Desean algo de beber antes de la cena?

— Me encantaría una soda, coca cola con mucho hielo

— ¿Nicholas?

Me siento bien 1

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