Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 284

Muchos padres de estudiantes de ese edificio estaban cuestionando a la escuela, y los teléfonos de la oficina escolar estaban colapsados de llamadas. Estaban preocupados porque no se garantizaba la seguridad de sus hijas y exigían una explicación de la escuela sobre por qué el personal del dormitorio había fallado gravemente en sus deberes.

Alicia, que había dormido bien esa mañana, también fue despertada por el teléfono.

Al mirar el número, le pareció familiar; parecía ser el abogado de la familia Mendoza.

Se levantó de la cama y se dirigió al balcón para atender la llamada.

—Alicia, esto de Bruno fue un montaje tuyo, ¿cierto? Enfrentarte así abiertamente contra nosotros, la familia Mendoza, no te conviene en absoluto y podría incluso afectar a tu familia.

¿Familia?

Alicia respondió con calma: —Yo no forcé a Bruno a disfrazarse de mujer para entrar al dormitorio femenino, y además, anoche, en un intento de implorar por misericordia, él me entregó cierta información sobre ustedes, la familia Mendoza.

La voz del abogado se tensó notablemente: —¿Crees que voy a creer lo que dices?

—Creer o no es decisión de ustedes.

Alicia colgó directamente el teléfono, sintiéndose satisfecha.

Lo había dicho a propósito, sabiendo que probablemente la familia Mendoza se ocuparía de Bruno y que no permitiría que ese hombre malvado la pasara fácil.

Miró su celular y descubrió que el incidente en el dormitorio femenino la noche anterior se había convertido en un tema candente, y muchas personas lo estaban discutiendo.

Debido a que Bruno era el capitán del equipo de la Universidad Autónoma de San Martín, el incidente había captado una amplia atención incluso en la comunidad de jugadores.

Naturalmente, Bruno era el criticado.

Alicia planeaba encender su computadora para filtrar los datos que había guardado de Bruno la noche anterior; tenía que encontrar evidencia de lavado de dinero relacionada con la familia Mendoza para asegurarse de que las personas de esa familia no se atrevieran a tomar medidas precipitadas.

Poco después, alguien golpeó a la puerta del dormitorio.

Sara fue a abrir y varias profesoras entraron: —El incidente de anoche ocurrió en este dormitorio, así que queríamos preguntarles qué sucedió exactamente.

Alicia cerró su computadora, notando que Patricia se escondía dentro de su mosquitero, probablemente demasiado culpable para hablar.

Sara fue la primera en responder: —Nos tomó por sorpresa encontrar a alguien escondido en el baño, quien de repente salió corriendo. Increíblemente, había sobornado a la administradora del dormitorio para infiltrarse aquí.

La profesora preguntó: —Alicia, ¿entonces fue debido a problemas personales entre tú y Bruno que él vino al dormitorio femenino a buscarte?

—¡Por supuesto que no! Anoche, cuando volví al dormitorio no había agua, y Patricia me pasó una botella que estaba adulterada. ¡Bruno estaba escondido en el baño en ese momento!

Patricia gritó acusadoramente: —Alicia, ¿no habías prometido a Sara que no me delatarías?

—Originalmente no tenía la intención de decirlo, pero cuando no actúas correctamente, ya no puedo ser tolerante. ¡No soy una persona misericordiosa, por qué debería consentirte!

Alicia relató todo lo ocurrido la noche anterior.

Sin embargo, no mencionó que Sara le había pasado información y que juntas habían tendido una trampa a Bruno.

Patricia se derrumbó por completo: —¡Alicia, has roto tu promesa, me has traicionado! ¡No tendrás un buen final!

Alicia agarró un vaso de agua y lo lanzó directamente.

¡Compañera fantasmal, despierta de una vez!