Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 698

—Marco, pero es que a mí sí me gusta la casa.

María se sentía muy molesta; para cuando terminara el proyecto de inteligencia artificial, ella ya se habría peleado con la familia García.

Y, además, para ese entonces, la familia García estaría enfrentando una crisis de bancarrota, ¿de dónde iban a sacar tanto dinero para comprar una villa?

Marco de inmediato se mostró algo impaciente: —Mari, te prometí una villa del mismo valor, y a tu nombre. ¿Acaso ahora tengo que arrodillarme ante Alicia?

Al ver que Marco se enojaba un poco, decidió no seguir discutiendo.

Después de comer, Alicia se levantó y miró a María y Marco: —Hoy mismo iré a hacer los trámites de transferencia. Desde ahora, esta casa será mía.

Marco respondió con celos: —Solo es una casa vieja, ¿qué tiene de especial?

—Entonces ustedes tendrán que buscar otro lugar donde vivir, porque no tengo intención de compartir la casa.

Dicho esto, Alicia dio media vuelta y se fue.

Marco estaba furioso: —Jorge, ¿no vas a hacer nada viendo lo arrogante que es Alicia?

—La familia García depende ahora de Alicia, tú incluido. Así que, Marco, más te vale no enemistarte. No vaya a ser que, cuando la familia quiebre, tú también termines siendo un pobre.

Marco enmudeció al instante y resopló fríamente: —Ya verás cómo tarde o temprano Alicia será usada y desechada por algún hombre.

Para ese momento, pensaba, tendría que darle una buena lección a Alicia.

María, en cambio, bajó la cabeza, reflexionando sobre sus planes para el futuro.

Después de salir de la Casa García, Alicia fue directamente a hacer el cambio de titularidad y reorganizó todos esos activos.

Al recibir el certificado de propiedad, su estado de ánimo mejoró bastante.

En su vida pasada la echaron a la calle, pero esta vez, fue ella quien consiguió la casa. Ahora quienes debían ser expulsados eran los miembros de la familia García, no ella.

Alicia regresó a la escuela con un ánimo excelente.

Fue directamente al aula, aunque notó que las miradas que le lanzaban los demás no eran del todo normales.

Alicia se sentó junto a Sara y le preguntó en voz baja: —¿Qué pasa? ¿Acaso tengo algo en la cara?

Lógicamente, este tipo de eventos importantes también deberían ser cubiertos por estudiantes de periodismo.

Alicia echó un vistazo al comunicado publicado por Grupo Andes: mañana habría una conferencia y jornada de intercambio sobre inteligencia artificial dentro del campus.

Perfecto.

Después de clase, Alicia salió del aula con la intención de ir a Grupo Andes.

Pero en el camino, se topó con aquel grupo de estudiantes de la Facultad de Negocios.

Lucía miró a Alicia de arriba abajo: —Dicen que te convertiste en la amante de un viejo rico, ¿no?

Ella siempre había sabido que Alicia era una cualquiera, una mujer ambiciosa que solo pensaba en el dinero. Si Roberto se enteraba, seguro que la dejaba.

Alicia, imitando la actitud altanera de Lucía, la escaneó con la mirada.

Finalmente, su mirada venenosa se posó en sus pantalones largos: —Dicen que te pusieron un grillete electrónico. ¿Por qué no lo sacas para que todos lo vean y aprendan algo nuevo?