Resumo do capítulo Capítulo 704 do livro Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate de Internet
Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 704 , um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate. Com a escrita envolvente de Internet, esta obra-prima do gênero Reencarnación continua a emocionar e surpreender a cada página.
Lucía palideció al instante.
Gabriela tiró preocupada de Lucía: —Tienes que disculparte ahora mismo con la señorita Alicita.
Pero Lucía se mostró despreocupada.
Gabriela miró enseguida a Alicia: —De verdad lo siento mucho, Alicia. Mi hermana no debería haber difundido rumores. Más tarde haré que aclare la situación en el foro, ¿de acuerdo?
No podía permitir bajo ningún concepto que Lucía se metiera en más problemas.
Gabriela no quería tener una hermana en la cárcel.
Alicia mostró una expresión sarcástica y se levantó furiosa: —Hazte a un lado.
Se dirigió hacia el escenario, donde habló con el presentador sobre su intervención.
Lucía murmuró: —¿Alicia está preparando un discurso? ¿Acaso es la representante estudiantil?
—No, la primera en hablar es la representante de la empresa.
La expresión de Gabriela se tornó mucho más compleja. No tuvo más remedio que admitir que Alicia tenía cierto talento.
Lucía estaba sorprendida. ¿Esa perra de Alicia era representante de la empresa? ¡¿Qué clase de capacidades podía tener esa maldita perra?!
Gabriela apenas podía mantener la compostura. Regresó a regañadientes a su asiento, y en su mente empezó a trazar un plan.
¡No podía permitir que Alicia siguiera robándose el protagonismo!
En breve, Alicia se paró frente al podio: —Buenas tardes a todos. Soy Alicia, actualmente estudiante de primer año en la Facultad de Informática de la Universidad Autónoma de San Martín. Pero hoy no estoy aquí como representante estudiantil, sino como representante de una empresa.
Después de estas breves palabras, toda la sala se llenó de ciertos murmullos y expresiones de envidia.
Lucía, furiosa, torció el rostro: —¿Qué presume esa maldita? ¡Si no fuera por el señor Roberto, jamás habría llegado hasta aquí! ¡Qué hipócrita!
Lucía no creía en lo absoluto que Alicia tuviera esa capacidad.
Roberto giró la cabeza y la miró con efusividad: —Hace un momento hablaste con mucha pasión, parecías dispuesta a superar a los de nuestra generación.
—Entonces ustedes tendrán que tener cuidado.
—¿Cuánto cuidado debemos tener?
De pronto se acercó a ella, acortando de forma drástica la distancia entre los dos.
Alicia alzó la mirada, su perfil estaba justo frente a sus ojos, podía ver incluso la textura fina de su piel.
De inmediato, se dio cuenta de que la piel de este hombre era mejor que la de muchas mujeres, ni un solo grano.
El ritmo de su corazón se descompuso de golpe. ¿Por qué este hombre se acercaba tanto de repente?
Esta inquietante escena, al caer en los ojos de Gabriela, se convirtió en una cuchilla deslumbrante.
Gabriela se levantó de golpe. Al ver que Alicia se había apartado de su asiento, la siguió sigilosa.
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