Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 708

—¿Quién les dio permiso a ustedes para hablar así delante del director? Alicia logró todo por sí misma, no se apoyó en nadie para conseguir sus logros.

El presidente del consejo estudiantil también se sintió algo incómodo y enseguida miró a Alicia, que estaba a su lado.

En ese momento, la única persona que podía resolver el asunto era Alicia.

Sin embargo, Belén dio un paso hacia adelante y se colocó justo frente a Alicia: —Hace un momento, Alicia vino con buenas intenciones para aclarar la situación, pero algunas personas no supieron valorar el noble gesto y quisieron armar un escándalo. Ahora tendrán que asumir las consecuencias de los rumores que inventaron. Esto se lo tienen bien merecido.

—¿Verdad que sí? Lo único que tienen es envidia porque nosotras somos tan destacadas, y sólo saben actuar por detrás con malas artes.

Sara tomó enseguida del brazo a Alicia con naturalidad: —Vámonos, no vale la pena perder el tiempo con esta gente.

Alicia no dijo nada más al respecto y se fue con ellas.

En ese momento, la chica que había causado el problema se asustó: —¿Qué hago ahora? No quiero ser sancionada.

—¿Ahora sí te asustas? ¿Y por qué dijiste esas cosas delante del director? Por tu culpa, todas nos vimos arrastradas en este conflicto. A mí no me importa, al fin y al cabo, tú fuiste quien proporcionó las fotos, y tú dijiste esos rumores. ¡Así que tú debes asumir por completo toda la responsabilidad!

La chica se echó a llorar desconsolada.

¿Qué voy a hacer?

Mientras tanto, Alicia y sus amigas salieron.

En ese momento muchos compañeros se acercaron: —¡Alicia, eres increíble!

—Alicia, ¿de verdad ahora eres accionista del Grupo Andes? Cuando su empresa salga a bolsa, ¿valdrás aún más?

Alicia miró a los compañeros que la rodeaban: —Emprender siempre ha implicado grandes riesgos. ¿Quién podía predecir el futuro?

Lucía, al ver cómo los demás rodeaban a Alicia, sintió una fuerte envidia: —Hermana, si no fuera porque la familia González la respalda, ¿cómo iba Alicia a emprender con tanta facilidad? Todo esto se debe a los hombres.

—Pues a veces, apoyarse en los hombres también es una extraordinaria habilidad.

Alicia captó enseguida la buena intención del presidente y le sonrió antes de seguirlo.

Sin embargo, Roberto observaba atento la sonrisa en el rostro de Alicia y la encontraba un tanto irritante.

Sobre todo al ver al joven estudiante que estaba a su lado, mostrándose tan atento, algo en su interior se agitó de forma molesta.

Alguien cerca de allí notó que Roberto no apartaba la vista de Alicia.

Así que, cuando terminó la entrevista, un hombre de mediana edad se dirigió a ella con un tono autoritario: —Señorita, venga a conversar un rato con todos nosotros.

A Alicia no le agradó para nada el tono con el que le hablaba, pero aun así se acercó.

—Siéntese al lado del señor Roberto.

Pero justo cuando llegó a ese lugar, alguien la empujó de repente, y cayó directo en los brazos de Roberto...