Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 732

Jorge le señaló la nariz a Alicia y le gritó a todo pulmón: —¡Ese día hiciste lo mismo en la fiesta de la familia Pérez, y hoy lo repites! ¿No es así? ¿De verdad crees que no puedo hacer nada contra ti?

Esto era algo en verdad exasperante, al punto de querer morirse.

Alicia respondió con frialdad: —¿No solías amenazarme usando a nuestros padres? Pero ahora que tengo todo lo que quería en mis manos, ¿con qué más crees que puedes amenazarme?

—¡Pero tú claramente prometiste que, una vez obtuvieras esas cosas, borrarías el video y no contarías nada! Sin embargo, hoy lo mostraste en público sin dudarlo. No cumples. Has roto tu promesa.

Después de que Jorge terminó de hablar, vio cómo en la comisura de los labios de Alicia se dibujaba una sonrisa triunfante, lo cual le dio una extraña sensación de mal presentimiento.

Sin pensarlo Alicia soltó una carcajada: —Eso lo dijiste tú, no yo.

Después de todo, lo que ella dijera Marco no lo creería, pero si lo decía Jorge con su propia boca, entonces esto era otra historia.

Jorge se quedó atónito, dándose cuenta de lo que acababa de decir.

Miró a Marco, con una expresión de culpa en los ojos.

Marco no era tonto, por supuesto que lo entendió de inmediato, y furioso los labios se le pusieron blancos: —¿Jorge, estás diciendo que ese video es real?

Jorge se quedó atónito, sin atreverse a responder.

Marco se volteó hacia Vicente: —Vicente, dime, ¿es cierto o no?

Vicente respondió con cierta dificultad: —Solo fue un accidente.

—¿Por qué todos lo sabían y yo no?

Marco solo sentía que había sido terriblemente engañado.

Estaba seguro de que hasta los sirvientes de la villa sabían lo sucedido, y ahora todos se reían con desfachatez de él.

María, que estaba al lado, se apresuró a decir: —¡Fui engañada! ¡Marco, Alicia me tendió una miserable trampa! ¡Tú mismo viste que esa era su habitación!

Justo después de hablar, Marco le dio otra bofetada brutal: —¡Eres una miserable desgraciada, me has vuelto a mentir!

Marco estaba tan furioso que parecía estar fuera de sí.

La cara de María se hinchó por el golpe.

Vio cómo su celular se iluminaba con un nuevo mensaje.

Cuando María supo que el dinero ya había sido transferido, se levantó en completo silencio. Miró a Marco frente a ella y se rió con desprecio: —Ya te lo dije antes, fui engañada por Alicia. ¿Estás sordo o qué?

—¿María, qué clase de actitud es esa?

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