Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 731

¡Tras aparecer el video en alta definición, el lugar estalló en conmoción!

Sin pensarlo María, al ver el video, casi perdió la razón; ¡Alicia había mostrado ese video!

¿Pero acaso Alicia no había prometido eliminarlo en su momento?

¡Esa perra maldita de la Alicia! ¡Haría que su padre matara a Alicia!

María se apresuró asustada a explicarle a Marco: —Marco, este video es falso, está editado, Alicia quiere destruirme.

Marco furioso levantó la mano y le dio una bofetada a María: —¿Crees que no sé de quién es esa habitación? ¿Quién puede editar un video y hacerlo parecer tan real?

Después de la bofetada, María se tapó con dolor la cara y lloró lastimosamente: —El video es falso.

Marco estaba fuera de sí: —¡María, maldita libertina, hasta con el mayordomo te acostaste!

Jamás se le habría pasado por la cabeza a Marco que María también hubiera tenido algo que ver con el viejo mayordomo.

Vicente se adelantó a detener a Marco: —El video es falso, no debes creerlo, hay mucha gente mirando.

Marco sentía en esos momentos unas ganas tremendas de matar a María.

Pero Vicente tenía razón. No podían admitir que el video era real. Solo podían insistir en que era un simple montaje, de lo contrario, hoy sería una humillación total.

María se lanzó desesperada hacia Alicia, llorando: —Alicita, ¿por qué me hiciste esto? Sé que estás celosa porque tus hermanos se fijaron en mí, pero yo nunca quise quitarte nada.

De pronto, María deseaba matar a esa perra de Alicia.

Jorge le sujetó con fuerza la muñeca a Alicia: —¡Discúlpate! ¡Admite lo que acabas de hacer!

No podía permitir que Alicia destruyera a la familia García.

Después de todo, el jefe de Promesas Inversiones todavía estaba presente, y no podían perder la compostura.

No podían admitir que el video fuera verdadero.

Alicia miró con desprecio a Jorge, y con un movimiento rápido lo lanzó al suelo por encima del hombro.

Con indiferencia se sacudió las manos: —El video es real, ¿por qué debería disculparme? Lo hice por el bien de Marco, para que no fuera engañado por una mujer libertina.

Jorge se levantó del césped con la cara retorcida por el dolor; de no haber sido por el césped, seguro habría terminado con lesiones internas.

Jorge le señaló con el dedo a Alicia y gritó con furia a todo pulmón: —¡Lárgate de aquí! ¡Desde hoy, no vuelvas a la familia García!

—Usted se equivoca en una cosa: esta villa es mía. ¡Si alguien tiene que irse, son ustedes!

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