Resumo do capítulo Capítulo 738 de Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate
Neste capítulo de destaque do romance Reencarnación Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
Jorge fue sumamente autoritario: —María, si esa cuantiosa cantidad de dinero desaparece, haré que prefieras estar muerta antes que viva.
María se asustó enseguida.
Miró angustiada hacia afuera: —¡Marco, ¿dónde estás?!
María supo en ese instante que todo había salido mal.
El plan original era que la boda se llevara a cabo con normalidad ese día, que ella lo arreglara todo después y luego de todo esto ella desaparecería de repente.
Pero ahora, todos sus planes habían sido arruinados por esa maldita perra de Alicia.
María se sintió algo desesperada, y corriendo se acercó para sujetar el pantalón de Jorge: —Jorge, todo lo que dije hace un momento fue solo producto del enojo, solo estaba furiosa por lo que hizo Alicia.
—¿De verdad crees que voy a seguir creyendo tus palabras? ¿Crees que los demás somos unos idiotas o qué?
Jorge le dio una patada a María, y luego le dijo a los sirvientes afuera: —Enciérrenla de inmediato en el sótano. No dejen que salga y no le den su celular.
Y así, María fue arrastrada.
Estuvo gritando y pataleando el nombre de Marco todo el tiempo, pero Marco no apareció ni una vez.
Alicia pensó que, tal vez lo que María había dicho antes había afectado profundamente a Marco.
Después de todo, Marco sí solía consentir bastante a María.
Alicia entonces miró con seguridad a Jorge: —Ya no podrás recuperar tu dinero. ¿De verdad creías que estaba en manos del responsable de Promesas Inversiones?
El rostro de Jorge se puso lívido: —Si ya sabías todo esto desde antes, ¿por qué no lo dijiste? ¿Te divertiste viéndonos como unos estúpidos, corriendo de aquí para allá?
Aunque estaba furioso con el comportamiento de María, también se sentía bastante molesto con Alicia.
Si Alicia hubiera hablado antes, nada de esto habría pasado.
—Así es, Alicita. Tú sabías perfectamente que el padre de María no había muerto, entonces ¿por qué no lo hablaste con la familia? La situación actual no le favorecía en nada a la empresa de Jorge.
Vicente tampoco podía creer que Alicia lo supiera todo desde hace tiempo y no hubiera dicho nada.
¿En verdad desconfiaba tanto de su propia familia?
Sin pensarlo Alicia soltó una carcajada: —¿No lo dije? ¿Ustedes todos tienen amnesia o qué? Anoche, en la habitación de mis padres, ¿no lo mencioné acaso?
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