Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 92

Roberto echó un vistazo a su celular y luego se levantó: —Están reparando la línea eléctrica, probablemente demorará un buen rato en restablecerse la luz. Mejor regresa a casa a descansar. Te acompaño.

Alicia se levantó a tientas del sofá mientras unas manos largas y atractivas se extendían hacia ella.

Ella miró por un instante.

Desde arriba, la voz profunda de él resonó: —Sería mejor que tomaras este bastón.

Alicia tosió: —No hace falta.

Cuando puso los pies en el suelo, tropezó con la esquina de la mesa, lo que la hizo fruncir el ceño de dolor.

—Siéntate, déjame ver.

Roberto se agachó resignado frente a ella, iluminando su pie con la linterna del móvil.

Alicia observaba fijamente al hombre frente a ella; su perfil se destacaba aún más bajo la luz tenue y cálida.

Sus rasgos ya eran excepcionalmente atractivos.

Desde ese ángulo, parecía incluso más apuesto.

Alicia no pudo evitar preguntar: —Profesor, ¿tienes novia?

Roberto levantó la mirada, sus ojos eran un abismo oscuro.

Se puso de pie: —No.

—¿Y qué buscas en una novia? ¿Qué tipo de chicas te gustan?

—¿Por qué preguntas eso?

—Solo curiosidad. Con lo guapo que eres, ¿cómo es que no tienes novia? Una vez te vi cenando con una mujer hermosa en un restaurante.

Roberto se detuvo, mirándola: —¿Lo viste?

Alicia asintió: —Sí, ¿quién era ella?

—Una amiga.

—¿Solo una amiga?

Roberto le agarró la muñeca: —Tonta, hablas demasiado.

Alicia lo siguió, sintiendo el calor de su palma en su muñeca.

Ella bajó la vista hacia sus manos entrelazadas, y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

¿Roberto había dicho que no tenía novia?