¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 269

Gracias a que Ledo era un muchacho bien entrenado, reaccionó con gran rapidez.

Antes de que Aspen pudiera distinguir la silueta, él ya se había metido en un pequeño compartimiento.

Aspen, con cara de confusión, miró a Laín y preguntó,

"¿Con quién estabas hablando justamente ahora?"

Laín, apretando sus pequeñas manos y haciendo girar sus ojos encantadores dentro de sus órbitas, se calmó y contraatacó con una pregunta,

"¿Papá, viniste solo a reclamarme?"

Sabía muy bien que, con lo que había hecho Ledo, Aspen seguro ya estaba enterado.

Antes de que Aspen pudiera decir algo, Laín se adelantó,

"El que la hace la paga, lo que yo hice, lo hice por mi cuenta, sin involucrarte. Si la gente de la familia Bello tiene algún problema, que vengan por mí."

Aspen lo miró con una expresión compleja y dijo,

"... No vine a reclamarte, ¿te has lastimado?"

Laín, con sospecha, pensó que después de semejante lío que había armado Ledo, ¿cómo es que no estaba enfadado?

Parece que era bastante indulgente con Miro.

Laín respondió, "No."

"Mejor así, ¿cuándo saliste del baño? Yo estuve afuera todo el tiempo y no te vi salir."

"Temía que no me dejaras ir, me cambié de ropa aquí y salí por la ventana."

Aspen echó un vistazo a la ventana abierta y luego a la ropa en el suelo,

"¿Por qué tenías que cambiarte de ropa?"

Laín contestó sin perder el ritmo, "Más tarde tengo que ir a rendir homenaje a mi abuelo, y no quería ensuciar esta ropa, por respeto a él."

Aspen, pensativo, preguntó de nuevo,

"¿Cuándo preparaste la vestimenta deportiva?"

"Hoy."

"¿De dónde salió? Siempre has dicho que no te gusta esa ropa, nunca te la pones."

"..." Aspen volvió a quedarse en silencio, observando a Laín.

Antes había sentido que el Miro de hoy era diferente al Miro de siempre.

Ahora, veía que el Miro de este momento también era diferente al que había golpeado a alguien.

El Miro de siempre hablaba poco y era frío, el Miro de hoy era maduro y firme, y el del video era claramente más impulsivo y vivaz.

Si estos tres comportamientos eran distintos, era como si fueran tres personas distintas.

Pero él solo tenía un hijo, ¡en este mundo solo había un Miro!

Y no importaba si era el peinado, la estatura o la complexión, todo parecía normal, como si fuera una sola persona.

Aspen, confundido, observó a Laín por un momento y luego le dijo con voz suave,

"No te preocupes por la gente de la familia Bello, tampoco te ocupes de ellos, papá se encargará de eso. Vamos, a rendir homenaje a tu abuelo."

Laín no pudo evitar darle otra mirada a Aspen.

No había dicho ni una palabra de crítica y, además, hablaba con tanta ternura... Era como un padre cariñoso.