¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 313

Ledo apenas sintió que el carro se estacionaba, abrió la puerta y salió disparado.

Conocía bien el lugar, así que caminó con paso apurado hacia la entrada del edificio, las manos en los bolsillos y el paso ligero.

No quería pasar ni un segundo más con Aspen en el carro.

¡Era demasiado agobiante!

¡Demasiado sofocante para él!

Quería darle una paliza pero no podía, ¡qué frustración!

Aspen se quedó sentado dentro del carro, mirando a través del cristal cómo su hijo se alejaba, sintiendo que su corazón se rompía en un millón de pedazos.

El dolor era como una inundación que no podía contener.

Perdió toda capacidad de esconder sus emociones, el dolor se le desbordaba por los ojos.

Abel bajó del carro para abrirle la puerta, hasta él sentía lástima por Aspen,

"Señor Aspen, tranquilo, Miro nunca te trataría así. Claramente, ahora no está en sus cabales.

Me parece que ahora es como si fuera otra persona, ¿recuerdas el Miro que golpeó a alguien el día que fuimos a rendir tributo a los ancestros? Ese Miro era igual al de ahora en su manera de actuar."

Aspen frunció el ceño como si de repente hubiera entendido algo.

Había estado tan dolido que se había olvidado por completo del trastorno de identidad disociativo de su hijo.

Se decía a sí mismo que Miro lo amaba tanto, ¿cómo podía despreciarlo y decir cosas que le dolieran tanto?

Si Miro era la personalidad principal, entonces el que apareció primero aquel día, el educado y elocuente, era la primera personalidad que se había disociado de Miro.

Y el que ahora hablaba con desdén, con una expresión rebelde y con una arrogancia desafiante, debía ser la segunda personalidad.

Nathan había dicho que estas personalidades disociadas eran entidades independientes, que podían tener o no los recuerdos de la personalidad principal.

Es decir, no necesariamente compartían los recuerdos de Miro.

Aunque habitaban el cuerpo de Miro, ¡no eran parte de la personalidad original de Miro!

¡Eran personas completamente nuevas!

Aspen finalmente lo entendió y se sintió aliviado, el que le había herido no era su hijo Miro.

Pero en ese instante, se puso nervioso de nuevo.

¿Y luego hacer que su hijo se enamorara perdidamente de ella?

¿Estaba tratando de robarle a su hijo?

Mientras Aspen pensaba, se detuvo en seco, su expresión era más que sombría.

Dicen que el amor puede volver loco a uno, y por preocuparse tanto por Miro, Aspen se volvió muy paranoico.

Después de divagar un rato, de nuevo apuntó su furia hacia Carol.

Le pidió a Abel que subiera a abrirle la puerta a Miro, mientras él, con el rostro oscurecido por la furia, llamaba a Carol.

Antes de que ella pudiera decirle algo, ya le habían echado la culpa,

"Carol, ¿así que ya te has cansado de vivir, atreviéndote a robarme a mi hijo?"

Eso sí que era como un rayo que cae sin esperarlo.

Y para colmo, Carol no era precisamente la más astuta, él hablaba de Miro y ella pensaba sus tres hijos, así que se asustó mucho al escucharlo,

"¿Cómo... cómo supiste?"