"No solo tienes que pedirle disculpas, debes esforzarte en calmarla", dijo Laín.
"¿Cómo debo hacer eso?" Preguntó Aspen frunciendo el ceño.
"Esa es tu pega, tú la hiciste llorar, debes consolarla".
"...Lo voy a intentar".
"¡No a intentar!, tienes que asegurarte de que ella se calme", insistió Laín.
Aspen, "..."
El silencio se infiltró por un momento en la habitación mientras padre e hijo se miraban. Eventualmente, Aspen rompió el silencio,
"Si realmente puedes manejar esto adecuadamente, te aseguro que pediré disculpas y haré lo necesario para que tu mamá se sienta mejor."
Laín parecía algo escéptico, "¿Ya pensaste en cómo consolarla?"
"Sí."
"¿Cómo?"
"Esa es mi pega."
Laín entrecerró los ojos, no formuló ninguna otra pregunta, "Pues bien, ¡recuerda de tu promesa!"
Aspen respondió, "Siempre voy a cumplir mis palabras."
Después de que padre e hijo llegaron a un acuerdo, Laín finalmente empezó,
"Si yo fuera tú, manejaría la situación de esta noche centrado en Miro.



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