¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 341

"¡Sería perfecto, así será!"

"¿Eh?!"

Orion dijo, "Ahora mismo llamo a Carol para que venga a recoger a este tipo. Que esté con ese borracho y así todo arreglado."

"¿Qué?!" Abel se despabiló de golpe.

Viendo que Orion realmente sacó su celular, Abel se apuró a detenerlo,

"No podemos armar este lío, si Aspen se despierta sobrio nos va a matar a los dos."

"Si quiere matarnos, ¡tiene que tener la oportunidad!"

"Pero claro que la va a tener, nosotros dos juntos ni podemos con él."

Orion lo miró con desprecio,

"¿Qué tienes en la cabeza, mazamorra? Si no podemos con él, ¿no podemos correr? ¿Vamos a quedarnos parados para que nos golpee? Además, si él hace algo estando borracho, ¿qué nos interesa a nosotros eso?"

"…Tienes razón, pero haciendo esto, ¿no estamos metiendo en problemas a la señorita Carol? Ella es buena gente, no quiero meterla en líos."

"Ella no ha bebido, en realidad, ¡Aspen no podrá hacer nada! Solo les estamos dando la oportunidad de que lo cocido, cocido esté, ¿entiendes?"

"¡Sí! ¡Entiendo! Pero hay un problema, la señorita Carol no está interesada en Aspen, si la llamas para que lo recoja, seguro no vendrá."

"Es cierto, déjame pensar... bueno, mejor lo llevamos directo a su casa."

"¿Eh?!"

"Ella no va a querer venir a recogerlo, pero nosotros podemos llevarlo, le damos una sorpresa."

Entre los dos, medio borrachos, decidieron qué hacer con Aspen.

Así que, media hora después, Carol recibió un paquete de tamaño extra grande.

No había sorpresa, solo susto.

A esa hora, Tania y los tres pequeños ya estaban durmiendo, solo Carol estaba aún despierta con insomnio.

Al oír que tocaban la puerta, se levantó rápidamente, se envolvió en una bata y salió de la habitación.

"¿Quién es?"

A esas horas de la noche no se atrevió a abrir directamente, sino que se acercó a la puerta y miró a través de la mirilla.

Un chico taxista le respondió,

¡Carol no pudo detenerlo!

En medio de la noche, obligada a recibir un paquete tan grande, Carol estaba a punto de volverse loca.

Aspen estaba tan borracho que se apoyó en ella y se quedó dormido, con un fuerte olor a alcohol.

Carol lo empujó con todas sus fuerzas.

'¡Pum!' Aspen cayó al suelo como un saco de papas.

Claramente estaba totalmente borracho, se cayó con tal fuerza que ni siquiera abrió los ojos; siguió tumbado en el frío suelo, durmiendo.

Carol ni quería preocuparse por él y volvió a entrar a su casa.

Pero rápidamente salió de nuevo.

No podía dejarlo así tirado, ¿cómo iba a explicar a los vecinos si lo veían al día siguiente?

Y en la mañana los tres pequeños tenían que ir a la escuela, ¿qué pasaría si los niños salían y justo él se despertaba y se encontraban?

¡No podía permitir que durmiera ahí!