¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 510

Llevaba una mascarilla negra, pantalones casuales oscuros y un abrigo largo con capucha, con las manos en los bolsillos se acercaba despreocupadamente hacia el joven problemático.

Aunque no se podía ver su rostro claramente, su ropa limpia y cabello bien cortado dejaban claro que era alguien meticuloso.

Al llegar junto al auto deportivo, miraba desde arriba al joven problemático dentro del auto.

El joven, con la cabeza sangrando, suplicaba: "Ayúdenme... por favor..."

El hombre, tranquilamente, rompió la ventana del auto y arrastró al joven fuera, agarrándolo por una pierna y llevándolo hacia el bosque.

Después de un buen rato, el hombre salió del bosque.

Tiró una bolsa de basura negra dentro del auto sin más, se ajustó la ropa indiferentemente y, echándole un vistazo a su reloj de pulsera de marca, se marchó.

Apenas se había ido, cuando surgieron gritos aterradores del bosque.

Los pájaros en los árboles volaron asustados.

En el bosque, algunos transeúntes encontraron al joven problemático.

El que había sido arrogante y enérgico, ahora no era más que un torso sin extremidades.

Sus brazos y piernas habían sido cortados y estaban colocados ordenadamente a su lado.

Los cortes eran borrosos pero precisos, como si hubieran sido hechos con algún cuchillo afilado.

Pero el joven aún estaba vivo.

El agresor incluso le había realizado primeros auxilios para evitar que muriera desangrado.

Claramente, la intención no era matarlo, sino hacerle vivir una vida peor que la muerte...

...

Por otro lado, Carol, antes de regresar a casa, pasó por el supermercado.

Compró algunos ingredientes frescos, planeando hacer un caldo nutritivo para Tania y los niños.

Cuando llegó a su edificio ya eran casi las once.

"Hola, soy Rick, el profesor de educación física de Laín, Ledo y Luca."

Carol dirigió su mirada hacia Rick.

Había oído hablar de él a través de Tania y los niños.

Era alto, guapo, vestía pantalones casuales negros y un suéter blanco con un abrigo ligero por encima.

Llevaba puestas zapatillas blancas limpias, al igual que su mirada, limpia y pura, sin rastro de manchas.

Todo en él irradiaba una energía positiva, con una sonrisa tranquila que te hacía sentir como si estuvieras disfrutando de la brisa primaveral.

Carol respondió cortésmente,

"Los niños siempre hablan de ti, diciendo que eres bueno en baloncesto y fútbol, y que incluso sabes nadar. Los pequeños te adoran y te admiran mucho."

La sonrisa en el rostro de Rick se hizo más cálida,

"Es un honor para mí que me quieran. Yo también los quiero mucho, son muy buenos niños en la escuela. Has hecho un excelente trabajo criándolos."