¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 672

Aspen se sentía cada vez más ansioso mientras más pensaba en ello, hasta que, impulsado por la urgencia, giró y comenzó a nadar hacia la orilla.

¡No podía dejar que las cosas siguieran ese curso!

¡No podía esperar más!

No podía permitirse lamentarse después de que Carol fuera conquistada por Rick.

¡Tenía que encontrar a Carol y confesarle sus sentimientos!

¡Debía hacerle saber lo que sentía antes de que Rick la ganara!

¡Quería decirle que la amaba, que estaba loco por ella!

¡Estaba a punto de enloquecer por ella!

Aspen nadó con todas sus fuerzas desde las profundidades del mar hasta la orilla, el frío viento penetraba su ropa mojada, pero no sentía frío, sino un calor abrasador.

En ese momento, un fuego ardía en lo más profundo de su ser.

Al volver a su coche, tomó su móvil y vio las llamadas perdidas y mensajes de Carol.

Sorprendido y emocionado por su preocupación y cuidado, se llenó de alegría hasta el punto de reírse felizmente.

¡Ella se preocupaba tanto por él, definitivamente le gustaba!

Sí, le importaba, ¡le gustaba!

Aspen, con gesto brusco, limpió el agua que empañaba su visión y secó la pantalla del móvil con una servilleta.

Su corazón comenzó a latir aceleradamente al leer su último mensaje... ¿Sobre qué quería hablar ella?

No importaba de qué quisiera hablar, esa noche tenía que ser claro con ella.

Aspen estaba decidido, justo cuando iba a responderle a Carol, un número desconocido le envió un nuevo mensaje.

Al abrirlo, su corazón se detuvo por un segundo.

Quedó petrificado, su expresión pasó por un torbellino de emociones.

¡La madre de Miro… iba a volver!

¿Cómo es posible…?

“Ding—”

Otro mensaje de ese número llegó: Prepárense para la bienvenida, finalmente se reunirán como una familia de tres, felicidades.

Aspen, solo en el coche, quedó completamente envuelto por la lluvia.

El implacable golpeteo de la lluvia contra las ventanas resonaba, atacando su ya perturbado y ansioso corazón.

Al escuchar el trueno, Carol saltó de la cama, preocupada, corriendo hacia la ventana con su móvil en mano.

La lluvia caía sin piedad, aumentando su ansiedad.

Sin noticias de él, ¿dónde se habría metido?

Con semejante tormenta, ¿habría llevado paraguas? ¿Se habría mojado?

El teléfono sonaba sin respuesta, y Carol estaba a punto de entrar en pánico.

Mirando la intensa lluvia afuera, se descontroló y le envió un mensaje de voz,

“No me asustes, ¿vale? No me gusta Rick, ¡ni un poco! ¡Me gustas tú! Mucho, mucho. Por favor, responde a mi mensaje, ¿podemos hablar?”

Justo después de enviar el mensaje, Orion le envió una ubicación y le escribió: Lo encontraron, ¡está aquí!

Carol, sin pensarlo dos veces, se puso una chaqueta y salió corriendo de casa.