El bote se balanceaba, como una hoja de lirio sin raíces en el agua, sin dar el menor sentido de seguridad.
Carol temía a la oscuridad, y al agua. Cada vez que se paraba al borde del agua, sentía como si algo fuera a saltar desde las profundidades.
Miró hacia afuera un par de veces antes de retirar rápidamente su mirada, encogiéndose de hombros, temblando.
Estaba asustada, temerosa de la oscuridad de la noche, temerosa del vasto mar capaz de devorarlo todo.
¡Temía a Rick, cuyos ojos estaban cegados por el odio, con un demonio escondido en su corazón!
Pero temía aún más que algo malo le sucediera a Aspen...
No quería pasar el resto de su vida con Rick, solo quería estar con Aspen.
Quería criar a sus hijos junto a Aspen...
La imagen de Aspen y los niños, riendo y hablando, flotaba en su mente. Carol sentía un nudo en la garganta, su visión se volvía borrosa.
Los extrañaba, los extrañaba mucho.
Esperaba que Aspen apareciera en frente de ella en ese mismo segundo, quería lanzarse a sus brazos y decirle cuánto miedo tenía...
…
Mientras tanto, en la costa.
Aspen miraba el oscuro mar, con el ceño fruncido, irradiando una aura amenazante.
Gael estaba parado a su lado,
"Se fueron de aquí en un bote, probablemente aún estén en el mar. No hemos podido encontrar información sobre el bote; debe ser una embarcación privada de algún pescador. Nuestra gente sigue buscando, pero hasta ahora no hay noticias."
Buscar a alguien en el vasto océano durante la noche era como buscar una aguja en un pajar.
Desde que Carol fue secuestrada, habían seguido la pista hasta aquí.
Gael continuó, "Los pescadores de la zona dicen que el clima ha sido malo estos últimos días. Grandes olas y fuertes vientos pueden fácilmente volcar los pequeños botes de pesca. Tendrían que buscar refugio en tierra al amanecer para evitar el mal tiempo.
Según los cálculos de los pescadores sobre la distancia, hay varios lugares donde podrían haber desembarcado. No estamos seguros de cuál elegirá Rick, pero he dispuesto que alguien vigile cada uno."


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