Miró a Otilia, tratando de explicarse.
—Ya sabes que Juli sufrió mucho todos estos años. Papá y mamá se sienten en deuda con ella y no paran de comprarle cosas.
»Su vestidor se quedó pequeño, y como no ibas a volver por un tiempo, mamá pensó en usar este cuarto. Fue idea suya, pero todos estuvimos de acuerdo. La habitación de Juli está justo al lado. No culpes a Juli, al principio ella ni siquiera quería…
—No culpo a la señorita Aguilar —lo interrumpió Otilia con calma.
No le interesaba en lo más mínimo por qué su habitación se había convertido en un vestidor.
Como ellos mismos decían, había usurpado la vida de Juliana durante dieciocho años. Ya era hora de devolver lo que no le pertenecía.
No iba a cometer el error de aferrarse a lo que nunca fue suyo.
Ahora, lo único que deseaba era un lugar donde dormir.
Levantó la vista hacia Rafael y preguntó, con cierta vacilación:
—¿Puedo quedarme en la casa esta noche?
Si la respuesta era no, tendría que salir antes de que se hiciera más tarde y encontrar un lugar donde esconderse, un lugar desde el que pudiera escapar si surgía algún peligro.
Sería ideal encontrar algo afilado, ni muy grande ni muy pequeño, que pudiera usar como arma. Dormiría más tranquila con algo así en la mano.
—Por supuesto. Esta siempre será tu casa —respondió Rafael, ajustándose los lentes—. Voy a preguntarle a mamá qué habitación te ha preparado.
Otilia iba a decirle que no se molestara, pero Rafael se fue tan deprisa que parecía huir de algo que no se atrevía a enfrentar.
Abajo.
—¡Hermano! ¿Otilia ya está en su cuarto? ¡Dile que baje, que le voy a desenmascarar delante de todos! —exclamó, furioso.
—No, no ha vuelto a su cuarto —negó Rafael con la cabeza.
»Se me había olvidado que su habitación es ahora el vestidor de Juli. Mamá, ¿dónde está el nuevo cuarto que le preparaste?
Susana, que también estaba enfadada, se quedó sin palabras.
Al ver que todos la miraban, dijo, algo avergonzada:
—He estado tan ocupada con los preparativos de la graduación de Juli que se me ha pasado por completo.
»Pero tenemos muchos cuartos de invitados. Llévala a uno cualquiera por esta noche. Mañana a primera hora le diré a la servidumbre que le preparen uno nuevo, igualito al que tenía antes. Y dile que por favor no culpe a Juli por esto.

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