Resumo de Capítulo 1057 – Ten cuidado, mi papá CEO por Internet
Em Capítulo 1057, um capítulo marcante do aclamado romance de Amor Ten cuidado, mi papá CEO, escrito por Internet, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de Ten cuidado, mi papá CEO.
“No me culpes por recordártelo, pero ya eres una mujer casada, así que aunque te enamores de él, no podrás estar con él. Además, ¿aún crees que tendrías oportunidad si sabe que ya tienes una hija?”.
Fern frunció el ceño.
“¿Una mujer casada? Ahora mismo sigo soltera”, dijo Fern, pues seguía negándose a admitir que ambos tenían una relación.
“¿Es eso lo que piensas? ¿Que estás soltera? Si lo estás, ¿quién soy yo para ti?”, respondió Eugene con frialdad.
“Eres mi jefe. ¿No es así?”.
“Si solo soy tu jefe, ¿por qué sigues durmiendo en la misma cama que yo?”. Él solo quería que ella reconociera su relación.
“Solo estás siendo terco y en negación”, dijo Fern.
Ella no quería tener nada que ver con Eugene, pero él simplemente no estaba dispuesto a dejarla ir.
“¿Quieres decir que me aferro tercamente a ti?”.
“¿No es ese el caso?”.
Ella le miró fríamente. Sus miradas se cruzaron en el aire. Al cabo de un rato, las comisuras de los labios de él dibujaron una sonrisa carente de sinceridad. “Puedes pensar así si quieres, pero déjame decirte esto. Siempre y cuando yo esté aquí y me mantenga con vida, ni se te ocurra acercarte a otros hombres”.
El corazón de Fern se estremeció.
“¡Eres un idiota!”.
¡Él estaba siendo demasiado duro! Él había sido cruel con ella en el pasado, ¡y seguía siendo igual en la actualidad!
...
Sharon siguió las instrucciones del médico y realizó una prueba de amniocentesis. La inquietud la invadió antes de que salieran los resultados. Simon no estaba tan preocupado como ella. Él extendió un brazo alrededor del hombro de ella y la envolvió en un abrazo.
“No te preocupes. Ya que Dios quiere que este bebé nazca, eso significa que está destinado a estar con nosotros”.
Sharon se apoyó en el pecho del hombre y dijo: “Lo sé, pero independientemente de lo que digas ahora, sigo sin poder calmarme”.
“Apóyate en mí y descansa un rato”, dijo él. Simon seguía manteniendo una actitud abierta y de aceptación.
“Te dije que no tenías que preocuparte. ¿No confías en lo que dijo el médico?”.
Sharon se calmó poco a poco después de escuchar lo que Simon dijo. Ella entonces se tocó el abdomen instintivamente. Podía quedarse con el bebé. Ella iba a ser madre de otro bebé... Su corazón se hinchó de felicidad.
Al salir de la oficina del médico, Sharon siguió sonriendo.
“Simon, ¿quieres una hija u otro hijo?”.
“Cualquiera está bien, lo único que importa es que sea un bebé que hayas dado a luz”.
“¿Y si tuvieras que elegir?”.
“Pues querría tener una hija que se parezca a ti, obviamente”.
Para un hombre, una hija era como una amante de su vida pasada.
“Bueno, no puedes elegir. El sexo del bebé ya está determinado”, dijo ella mientras se acariciaba el vientre.
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