Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1240

Antes de que Penelope pudiera reaccionar, los guardaespaldas que se suponía que debían seguir sus órdenes escucharon la orden de Simon y la agarraron. Luego sacaron a Bonnie de sus manos.

"¿Cómo se atreven…? ¡Todos ustedes son unos traidores! ¡¿Cómo se atreven a traicionarme?!". Penelope se sorprendió y los reprendió con ira.

Ella quería recuperar a Bonnie, pero sus esfuerzos fueron en vano. Bonnie ya estaba siendo escoltada por los guardaespaldas, y eso fue lo que más la enojó.

Ella fulminó con la mirada a Simon y preguntó con incredulidad: "¿Cuándo los sobornaste?". Eran sus guardaespaldas. ¡No deberían haber sido comprados tan fácilmente!

Un guardaespaldas llevó a Bonnie con Simon, quien sostuvo a la pequeña y la revisó cuidadosamente para asegurarse de que estaba bien.

"Mira de cerca y dime: ¿A quién pertenecen?". Fue solo entonces que Simon habló para recordárselo.

Penelope no había mirado de cerca a esos guardaespaldas hasta entonces. Para su sorpresa, ¡no eran sus guardaespaldas!

"A ti...".

"Así es, todos son mis empleados. Los que mantenías a tu lado fueron reemplazados por mi gente". Ya no necesitaba ocultarle esas cosas a su hermana.

Penelope lo miró fijamente con ira. "Te has estado preparando para esto desde hace mucho tiempo, ¿no?".

"Dado que ya habías planeado cosas en mi contra varias veces, tuve que ponerme en guardia". Menos mal que se había preparado. De lo contrario, no habría recuperado a su hija tan fácilmente.

Tal vez porque había sido llevada a la locura por la ira, Penelope echó la cabeza hacia atrás y se rio. "Ja, ja, ja... Bien, bien... ¡Tomaste precauciones en mi contra!".

¡Quizás desde el día en que abrió la boca y habló de romper su relación, ya no se había preocupado por ella!

"¿Por qué me estás haciendo esto?". Simon la miró con frialdad.

"Cuanto más quieras saber, más no querré decirte. ¿Por qué? ¿Acaso tienes prisa?". Ella solo se rio. Estaba pidiendo una buena paliza.

"¿De verdad crees que si no me lo dices, no hay manera de que me entere?". También sabía que ella no se lo diría. Solo estaba tratando de ver si ella todavía le mostraría una pizca de amabilidad.

"Entonces ve a averiguarlo. ¿Por qué perder el tiempo preguntándome?". Penelope resopló con desdén.

"Si no me lo dices, tendré que averiguarlo. Aunque podría cambiar de opinión. Pero ya no importa quién sea la madre de Bonnie, porque a partir de hoy, Sharon será su madre".

Cuando Penelope escuchó las palabras, la sonrisa en su rostro se congeló. Ella lo miró y miró a Sharon, quien sostenía a Bonnie. De repente, hubo una sensación de incomodidad en su corazón.