Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1387

Cuando Eugene se volteó para mirarla, sus ojos tenían una mirada profunda. Parecía nostálgico pero ansioso al mismo tiempo.

Su mirada se ensombreció mientras ignoraba la rabia y las protestas de la mujer cuando la abrazó con fuerza entre sus brazos. Luego le agarró la barbilla y la besó en los labios.

Mientras ella luchaba contra el agarre, él la presionó contra el asiento del coche.

Fern estaba completamente inmovilizada por él en ese momento. No podía ni moverse. Se sentía como un trozo de carne en una tabla de cortar a la espera de ser descuartizada.

No sabía qué le pasaba a él. ¿Por qué había ido a ese lugar solo para acosarla en medio de la noche?

Sabía que no podía dominar a un loco con su propia fuerza. De pronto, dejó de luchar contra él. Parecía que estaba en un estado de total desesperación.

Mientras Eugene la besaba en la oreja, sintió algo de humedad en la piel de la mujer. Frunció el ceño y se detuvo. Entonces levantó la cabeza para mirar a la mujer que tenía debajo.

Ella cerró los ojos mientras las lágrimas mojaban las esquinas de sus ojos en el tenue interior del coche. Tenía una expresión de absoluta desesperación en su rostro.

El corazón le palpitó velozmente mientras le pellizcaba la barbilla y le preguntaba en voz baja y ronca: "¿Por qué lloras? ¿Te sientes agredida?". Él creyó que en cuanto la soltara, ella llamaría a la policía para que lo detuvieran de inmediato.

Fern abrió los ojos, lo cual reveló las lágrimas que brillaban en su interior. Sin embargo, su mirada era excepcionalmente gélida. "Dime, si Sydney sabe que estás intentando acostarte conmigo, aunque estés a punto de casarte con ella, ¿cómo se sentirá?".

La expresión de Eugene se tornó más seria al escuchar las palabras de la mujer. Se encontró con la mirada de la mujer en silencio.

Su mente parecía haberse aclarado después de escuchar lo que ella dijo. Extendió la mano para limpiar las lágrimas de la esquina de los ojos de la mujer.

Tenía un tono arrepentido cuando habló: "Lo siento, no lo haré más...".

Tras una breve pausa, él dijo con voz ronca: "Al menos ahora sigo soltero. No tienes que sentirte culpable".

Fern lo miró con incredulidad. ¿Estaba en su sano juicio? ¿Quién era el que se sentía culpable?