Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 149

Una figura se le acercó e inmediatamente le tapó la boca. Ella no podía decir quién era, ¡pero era un hombre extraño y rudo con mucha fuerza!

“No... No...”. Ella siguió alzando la voz en protesta mientras luchaba por apartar la mano de su oponente. Sin embargo, su fuerza estaba disminuyendo rápidamente.

“Buena chica, quédate quieta…”. Una voz áspera y extraña resonó en sus oídos. ¡Ella podía ver que él no estaba tramando nada bueno!

El hombre usó una mano para cubrir su boca y la otra para arrastrarla con fuerza a una de las habitaciones del hotel.

Sharon fue arrojada sobre la cama.

Ella quiso levantarse, ¡pero se horrorizó al darse cuenta de que su fuerza se estaba desvaneciendo rápidamente!

Tirada de manera impotente en la cama, ella levantó la mirada hacia el hombre que estaba junto a la cama. Él era un hombre grande y corpulento que parecía tener modales toscos.

“¿Quién... quién eres tú? ¿Qué quieres hacerme?”. Su miedo era evidente en sus ojos mientras jadeaba.

El hombre sonrió con malicia. “No necesitas saber quién soy”. Luego, él dejó escapar una risa escalofriante mientras lanzaba su cuerpo grueso sobre ella.

Sharon usó la poca fuerza que le quedaba para esquivar al hombre. Ella luchó por levantarse de la cama. Las intenciones del hombre eran claras ahora, y ella gritó furiosamente: “¡Vete a la m*erda!”.

Ella ahora comprendía que no estaba ni enferma ni borracha. ¡Alguien la había drogado!

¡Alguien quería lastimarla, como Sally la había incriminado hace cinco años! ¡La diferencia ahora era que el hombre que la había encontrado no era Simon!

Ella acababa de darse la vuelta cuando el hombre la agarró por el tobillo y la arrastró hacia él.

“¿A dónde crees que vas, p*rra?”. El hombre vulgar había perdido la paciencia.

“¡Vamos, pórtate bien!”.

¿Podría ser él?

Tenía que ser una alucinación debido a que ella lo extrañaba demasiado...

Sin embargo, no pudo evitar llamar a la figura: “Simon...”.

Los ojos de Simon se oscurecieron cuando vio a Sharon presionada en la cama por un hombre tan salvaje. Dando varios pasos rápidos hacia adelante, ¡él agarró al hombre y lo golpeó con fuerza!

“¡Ay!”. El hombre vulgar ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar antes de que lo golpearan. Gritó de dolor mientras caía al suelo.

“¡¿Cómo te atreves a tocar a mi mujer?!”. Incapaz de contener su ira, ¡Simon levantó un pie y lo dejó caer en la entrepierna del hombre!

“¡Ah!”. El hombre vulgar soltó un grito que sonó como el de un cerdo moribundo.