Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 446

Sharon no pudo evitar mirar a Eugene reída y extrañada. Incluso si él era su hermano biológico, ¡estaba fuera de lugar hacer una petición como esta!

"Eugene, todavía no te he reconocido como mi hermano, y no eres quién para dictar si tengo hijos o no".

"Es cierto, no soy quién, y también sé que sugerir algo así es muy cruel, pero si traes un niño a este mundo, ¡le sobrevendrá un daño tremendo!".

“¿Qué tonterías estás diciendo? ¿Cómo podría hacerle daño a mi hijo?". Entre más escuchaba, más confundida se sentía Sharon.

La expresión de Eugene no solo era seria, sino que también se veía muy solemne. La estaba mirando directamente con seriedad. “Sé cuánto ama una madre a su hijo. Se sentiría angustiada incluso si el niño sufre un poco de daño, así que lo digo por tu propio bien".

"¿Por mi propio bien?". ¿Acaso ella no podía decidir qué era por su propio bien?

"¿Qué diablos estás tratando de decir?".

Eugene la miró a los ojos y se quedó en silencio por un momento. Parecía estar luchando internamente.

Después de un rato, él continuó solemnemente: “Shar, nuestra madre se ha vuelto loca. Tiene un gen de la locura que fue heredado de nuestra abuela".

‘¿Gen de la locura? ¿Qué demonios es eso?'.

Sharon respiró pesadamente mientras lo miraba sin pestañear. Su voz tembló un poco. "¿Q-qué quieres decir?".

Eugene sabía que esta noticia era un golpe duro para ella y que tenía que ser difícil para ella aceptarla.

Él casi tuvo un colapso mental y casi se volvió loco cuando descubrió que él también había heredado ese gen.

Se negó a creer que algún día se volvería loco. Se hizo muchas pruebas en diferentes hospitales, pero todos los resultados mostraron que tenía una alta probabilidad de volverse loco de repente, como su madre.

Su mirada era como una hoguera mientras perforaba directamente el corazón de la mujer. Él dijo cada palabra lentamente: "Significa que tú y yo tenemos el gen de la locura, y si tienes hijos, ellos también tendrán una alta probabilidad de heredar este gen".

En ese momento, Sharon sintió como si hubiera sido alcanzada por un rayo. Sus manos perdieron su agarre, y el diamante rosa del tamaño de un huevo de paloma cayó al suelo.