Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 528

“Presidente Zachary, ¿no puede dormir por la noche? ¿Podría ser que no está acostumbrado a quedarse en la casa de los Newton? ¿Por qué no encuentra un lugar diferente para quedarse entonces?”. Sharon sintió que él no tendría insomnio de esa manera.

Simon frunció el ceño casi imperceptiblemente, y su tono fue suave cuando dijo: “No es un problema reciente. He tenido este problema durante los últimos dos años. Cuando no estás cerca, no puedo dormir por la noche”.

Sorprendentemente, él volvió a hablar con sentimientos afectuosos. Sharon levantó la cabeza y se encontró con los ojos oscuros y profundos de él. Ella se distrajo por un momento...

“Es verdad. Papi realmente te extraña tanto cada noche que no puede dormir”. Su hijo también acudió en su ayuda.

Sharon miró al dúo de padre e hijo. Incluso si fuera cierto, ella no podía conmoverse.

“En ese caso, lo siento mucho. No tengo suficientes ingredientes aquí para hacer el aroma que quieres”.

Sebastian miró con simpatía a su papi y suspiró. “¿Ahora qué? Papi, parece que tendrás que seguir sin dormir”.

Simon se encogió de hombros con indiferencia. “Está bien. Ahora que puedo ver a tu mami todos los días, ya no estoy loco de amor. Podré quedarme dormido”.

“Oh, era porque papi estaba loco de amor antes de esto. El perfume que está haciendo mami esta vez también se llama ‘Loco de amor’”. Sebastian se volteó para mirarla y le preguntó con seriedad: “Mami, ¿también extrañas mucho a papi?”.

Los ojos de Sharon brillaron. Para cubrir la expresión incómoda de su rostro, ella levantó una mano para darle un golpecito al pequeño en la cabeza. “Pequeño mocoso, tu papi y yo no tenemos nada que ver el uno con el otro. Mi perfume tampoco está relacionado con él”.

Sebastian se frotó la cabeza inocentemente y suspiró. “Sí, mami ya se ha olvidado de nosotros. Solo nosotros te extrañamos, pero tú no nos extrañas en absoluto”. Sin saber por qué, ella se puso triste al escuchar al pequeño decir eso de esa manera.

Sharon no sabía si reír o llorar. “¿Por qué suspiras tanto cuando eres tan joven?”.

El padre y el hijo habían ido a recogerla juntos, así que no había forma de que los rechazara.

Ella miró a Simon. Él definitivamente había predicho que ella no podría rechazar a su hijo y lo llevó allí a propósito. Nunca pensó que un hombre masculino como él tuviera tácticas tan astutas.

Había gente sentada debajo del árbol de ginkgo que había estado en el jardín durante al menos cien años.

Quinn y Austin estaban sentados frente a frente en una mesa de piedra, jugando al ajedrez. De pie junto a ellos y mirando estaba la madrastra, Germaine.

Cuando los tres vieron a Simon cargando a Sharon adentro, cada uno reaccionó de manera diferente.

Sharon no esperaba que los tres estuvieran allí también. El anciano ya la estaba molestando lo suficiente, ¡pero ahora estaban su madrastra y Austin también!

Sus miradas sobre ella eran muy penetrantes.

“Vaya, Sienna ha vuelto. Escuché que te torciste el tobillo. ¿No puedes caminar ahora?”, preguntó Germaine, fingiendo estar preocupada mientras su mirada se desviaba entre Sharon y Simon.

“Si pudiera caminar, no habría encontrado a alguien para que fuera mis piernas”. Estas palabras suyas fueron increíblemente descorteses. Ella le estaba faltando el respeto a Simon por completo.