Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 645

Ella no era una santa. ¿Por qué tenía que preocuparse de si él se mantenía con vida o no?

Sin embargo… ¡no se atrevía a echarlo de su casa y no preocuparse por él en lo absoluto!

Eugene comenzó a perder gradualmente la conciencia. Su visión se volvió borrosa, y no podía ver claramente a la mujer parada frente a él. Sin embargo, sabía quién era ella.

Él extendió su brazo hacia ella e intentó tomar su mano. "Si no te gusta esto... puedes e... echarme", dijo él débilmente.

No quería ponerla en peligro. Si Wyatt no hubiera decidido ir allí por su propia cuenta, no habría llegado a la casa de Fern.

Por alguna razón, Fern estaba furiosa después de escuchar lo que él acababa de decir.

"¿Echarte? Claro, ¿crees que quiero dejar que te quedes? ¿O crees que es mi obligación rescatarte debido a mi conciencia? Si te echo a patadas ahora mismo y los asesinos se enteran, ¿no estaré yo también condenada?”.

Eugene la miró fijamente mientras ella le hacía una rabieta. Ya no tenía fuerzas para decirle nada.

Sin embargo, ¿por qué la encontraba tan atractiva cuando estaba enojada?

No se había sentido asustado en absoluto cuando ocurrió el accidente automovilístico. Sin embargo, estaba un poco aterrorizado en ese momento... Tenía miedo de no volver a verla nunca más estando enojada frente a él.

Fern desahogó su ira regañándolo, pero él no pudo decirle nada en respuesta.

Ella se palmeó la cabeza con frustración. ¿En qué tipo de situación se encontraban en ese instante? ¿Por qué estaba regañando a una persona herida? ¡Estaba siendo una tonta!

“Te aclararé las cosas de antemano. Me veo obligado a recibirte. No asumas que te he perdonado. Después de que tus heridas se recuperen, debes irte de inmediato. No metas a Rue ni a mí en problemas, ¿entiendes?”.

¡Después de hablar, ella se dio cuenta de que él ya había cerrado los ojos!

¿Estaba dormido? ¿Se había desmayado?

Su fingida irritación e ignorancia se disipó instantáneamente cuando se puso en cuclillas a su lado con ansiedad. “¿Eugene? ¿Te... dormiste?”, preguntó ella.