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Eugene frunció sus delgados labios y dejó la copa de vino que estaba llena de un líquido dorado en la mesa. Él se levantó.
Fern entró en la habitación y estaba a punto de cerrar la puerta con cerradura cuando apareció la imponente silueta del hombre. Él entró directamente en la habitación sin importarle nada.
A pesar de que esta era la habitación de Fern y su hija, también era el territorio de él. Ella no podía impedir que él entrara.
Ella no quiso mirarlo y se dio la vuelta de inmediato para caminar hacia la habitación. Una expresión fría permaneció en el rostro de Fern. “¿Necesitas algo?”. Ella se sentó frente al tocador.
Después de que Eugene cerró la puerta, se acercó a ella, sin preocuparse por la expresión fría en el rostro de la mujer.
Después de llegar detrás de ella, él estiró sus largos brazos y los colocó sobre el tocador. Se inclinó para acercarse más a ella y le habló al oído: “Sienna acaba de llamar. Vendrá a cenar con nosotros”.
El rostro inexpresivo de Fern finalmente tuvo algunos cambios. ‘¿Sharon va a venir?’.
‘¿Así que le ha contado a Sharon sobre mi situación actual? ¿Sobre que él siempre me está vigilando y me está controlando?’.
Ella levantó la cabeza y vio que los labios del hombre esbozaron una vaga sonrisa. ¡Esto la llenó de ira y agravios de inmediato!
“¿Por qué la dejaste venir aquí? ¿Quieres que sea el hazmerreír? ¿O estás tratando de decirle al mundo lo genial que eres por ser capaz de controlarnos fácilmente a mí y a mi hija?”.
Eugene la miró a los ojos y la sonrisa en su rostro se desvaneció gradualmente. Él frunció el ceño. “Ella es mi hermana. ¿No es normal tenerla aquí para comer? Además, ¿ustedes no tienen una buena relación?”.
Fern miró con furia los ojos de él que estaban llenos de ira. Era debido a que Sharon era la hermana de Eugene que ella no deseaba que Sharon viera su lado horrible.
Ella lo apartó y se levantó. “Es asunto tuyo si ella quiere venir a comer. No me involucres. Cuando ella esté aquí, no digas que yo también estoy aquí”. Después de decir eso, ella lo empujó a un lado y salió.
Eugene la agarró de la mano y la miró vagamente. “¿No estás siendo un poco ingrata? Al menos, ella fue quien te ayudó a entrar en la industria del entretenimiento”.
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