Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 702

Sharon fue sola. Además, Wyatt fue quien la recogió.

Después de salir del coche, ella miró inquisitivamente la magnífica villa frente a ella. No tenía idea de que Eugene tenía esta casa, sin mencionar que estaba muy escondida.

Ella escuchó que él había trasladado a Fern y Rue ahí, y parecía que esta magnífica casa fue construida solo para su amada mujer.

Justo cuando Sharon entró en la casa, una pequeña figura corrió hacia ella mientras gritaba: “¡Estás aquí, tía Shar!”.

Rue escuchó que Sharon los iría a ver después de regresar de la escuela. Ella supo de inmediato que Sharon estaba allí cuando escuchó que entraba un coche.

Sharon abrazó a la pequeña niña que parecía una muñeca que se abalanzaba sobre ella y le entregó la caja de regalo que tenía en la mano. “Mira lo que tengo. Te traje algo”.

“¡Gracias, tía Shar!”. Rue le dio un beso en la mejilla y dijo: “Mi mamá y mi papá te están esperando adentro. Entremos”.

Cuando ella escuchó a la niña dirigirse a Eugene como su padre, hubo un ligero parpadeo en sus ojos, pero no preguntó nada.

“Está bien, entremos”. Rue entonces la condujo a la sala de estar.

“¡Mamá, papá, la tía Shar está aquí!”, le notificó Rue con alegría a las dos personas que estaban adentro y corrió directamente hacia Fern mientras decía: “Mira, mami. La tía Shar incluso me trajo un regalo”.

Fern aún estaba algo incómoda frente a Sharon y trató de reprimir la vergüenza en su corazón. Ella se limitó a sonreírle a su hija y dijo: “¿Ya le has dado las gracias a la tía Shar?”.

“¡Sí!”, respondió Rue con seriedad.

“Gracias, Sienna. No deberías haber desperdiciado tu dinero”. A pesar de todo, Fern le agradeció sinceramente por el gesto.

Sharon se sintió un poco incómoda con las palabras de Fern. Miró a Fern y se preguntó por qué de repente se había vuelto tan educada con ella.

“No es gran cosa, siempre y cuando a Rue le guste”.

“¿Te vas a casar, tía Shar?”, preguntó Rue.

“Sí. ¿Podrás asistir y ser mi niña de las flores?”, preguntó Sharon mientras acariciaba la cabecita de Rue. Ella alguna vez pensó que sería genial si tuviera otra hija.

Era una lástima que... ya no pudiera cumplir ese deseo.

“¿En serio puedo ser tu niña de las flores?”. Rue la miró, parpadeando con sus ojos mientras la miraba con timidez. Estaba claro que no podía esperar a que llegara ese día.

Sharon sonrió y dijo: “Por supuesto que puedes. Asegúrate de venir con tu mamá ese día”. Tan pronto como dijo esto, ella se volteó hacia Fern y también le dio una invitación, diciendo: “Vas a ir, ¿verdad, Fern?”.

Fern estaba sinceramente feliz por ella, pero tenía que ir allí con Eugene ese día...

“Te vas a casar, así que claro que estaré allí para celebrar el día contigo”. Independientemente de cualquier otra cosa, ella no podía dejar de lado la amabilidad que Sharon le había brindado.