Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 965

Nadie se atrevió a decir nada cuando lo vieron. Ellos volvieron inmediatamente a sus puestos de trabajo. Cuando miró dentro de la sala de recepción y vio a Fern saliendo de ella, no pudo evitar sorprenderse. “Seño...”. Él estaba a punto de llamarla señora, pero se detuvo justo a tiempo. Él era el asistente personal de Eugene, así que era normal que supiera de su relación con Eugene.

“¿Por qué está aquí?”, preguntó él con una sonrisa.

“Quiero ver a tu jefe. ¿Estás libre? Llévame con él”, pidió inmediatamente Fern.

“Esto...”. Wyatt pensó en silencio. El que el presidente Eugene le pidiera que lo esperara en ese lugar debía significar que no quería verla en ese momento. Si tomaba la iniciativa de llevarla a la oficina de su jefe, sería él quien recibiría la peor parte de la ira de este.

Él le siguió sonriendo a Fern. Justo cuando estaba a punto de inventar una excusa para rechazarla, Fern le agarró del brazo y tiró de él hacia el ascensor.

“Ni se te ocurra rechazar mi petición. Si no me llevas allá arriba, irrumpiré en su oficina por mi cuenta. Para entonces, tampoco podrás escapar”.

Wyatt estaba siendo retenido por ella, y se lamentaba en su corazón. ‘Jefe, será mejor que no me culpe por esto...’.

Después de mirar el contrato de Fern, Eugene miró algunos documentos más. Sus pensamientos se habían alejado del trabajo hacía mucho tiempo. Él estaba pensando en cuánto tiempo debería ignorar a Fern antes de encontrarse con ella cuando alguien empujó la puerta de su oficina con fuerza bruta. Nunca nadie se había atrevido a irrumpir en su oficina sin llamar...

La expresión frígida del rostro de Fern demostraba lo impaciente que estaba de tanto esperar. Ella parecía que estaba a punto de estallar de rabia. Él sonrió fríamente e hizo girar el bolígrafo en sus largos y delgados dedos mientras esperaba a ver si la mujer tenía algo que decir.

“Presidente Eugene, la señorita Fern quería que la trajera aquí. Yo... no tuve elección”, se explicó Wyatt. Él no quería hacer enfadar a su jefe. Eugene agitó la mano y le hizo un gesto a Wyatt para que saliera de la oficina, cosa que este hizo a toda prisa. Además, cerró la puerta para evitar que la secretaria los interrumpiera.

Fern se dirigió al frente del escritorio del hombre con sus tacones de siete pulgadas y una postura fuerte y poderosa. “Eugene Newton, ¿cuándo te has vuelto tan cobarde? ¿Por qué te escondes de mí?”, preguntó ella.

La leve sonrisa en los labios del hombre desapareció gradualmente después de escuchar las palabras de esta. En su lugar, una mirada fría apareció en sus ojos. Él apretó los labios sin decir nada, luego se levantó y se acercó a la mujer. “¿Es eso lo que piensas? ¿Crees que te has vendido a mí?”, le preguntó él mientras se acercaba a ella con una postura dominante.

Fern no retrocedió a pesar de la abrumadora sensación de supresión que el hombre emanaba. Ella le miró con frialdad. Ella era feroz y decidida. “¿No es esa la verdad? Mi contrato te pertenece ahora. ¿Acaso no trabajo para ti ahora?”.

Eugene se puso delante de ella y extendió sus largos brazos. La atrapó contra el escritorio y entrecerró los ojos mientras se acercaba a la cara de la mujer y la cubría con su aliento.

El rostro de Fern estaba ligeramente maquillado. Ella era hermosa por naturaleza, pero en ese momento, se veía aún mejor.

“¿Me estás tratando como a un capitalista que gana dinero explotándote? ¿Por qué no piensas en mí como tu hombre?”.