Todo por mi Hija romance Capítulo 238

—Tus dos trucos no sirven de nada, mejor no hagas el ridículo.

Al ver la situación, Gabriel cruzó los brazos y le lanzó a Armando una mirada llena de desdén.

—Mira, qué parlanchín. Si quieres quedar como el perrito faldero de alguien, hazlo, pero no nos metas a los demás en tus comparaciones.

Sin decir más, tomó a Irene de la mano y se marchó del lugar.

Armando los vio alejarse y dejó escapar una risa cargada de burla. No pudo evitar que esa mueca sarcástica se le quedara pegada en la cara.

Pensó que un tipo que pretendía sacar adelante una empresa, pero que se perdía en problemas por una mujer, no podía durar mucho al frente de AeroSat Innovación. Esa empresa, según él, tenía los días contados.

...

Mientras tanto, Camelia terminó de platicar con algunos invitados y se preparó para subir al escenario a dar su discurso.

Armando se acercó con paso decidido. Miró a Enrique y le soltó en voz baja:

—Enrique, la verdad, AeroSat Innovación tiene una forma de elegir a su gente que deja mucho que desear. Gabriel no es de fiar.

Hizo una pausa y lo miró con seriedad.

—¿De verdad vamos a asociarnos con una empresa así? Me preocupa que nos arrastren y nos metan en problemas.

En el mundo de la investigación, la reputación vale oro. Llegar hasta aquí les había costado sudor y lágrimas. Si por su culpa les colgaban la etiqueta de “improvisados”, todos esos años de esfuerzo se irían al caño.

Enrique, parado junto al podio y sosteniendo el micrófono, tenía una expresión indescifrable. Sin embargo, lanzó una mirada rápida hacia Irene.

Ella, como siempre en estos eventos, iba vestida de manera impecable: sobria, segura y profesional. Su porte resaltaba entre la multitud; era imposible no notarla. Varias miradas se posaban sobre ella una y otra vez. Irene sabía llamar la atención.

Enrique, sin apuro, apartó la vista y habló con voz tranquila:

—Esto viene de arriba. El gobierno nos pidió que colaboráramos, así que solo hay que ajustarse.

Al escuchar esas palabras, Armando comprendió de inmediato.

Cuando el gobierno mete las manos, decir que no es prácticamente imposible. Si fuera por el proceso habitual, AeroSat Innovación ni siquiera tendría el nivel para negociar con ellos.

Gabriel solo había logrado colarse gracias a sus contactos en el IAP, aprovechando palancas para llegar a la mesa de negociación. Si no fuera así, ni siquiera estarían respirando el mismo aire.

AeroSat Innovación, en otras circunstancias, ni siquiera tendría derecho a presentarse. Mucho menos a colaborar.