Todo por mi Hija romance Capítulo 248

—El profe solo quiere que no me preocupe por nada, ya está grande, ¿cómo crees que le voy a encargar a mi hija? ¿No sería como abusar de su confianza? —Irene suspiró, negando con la cabeza—. Si hiciera eso, sí que sería una ingrata.

—Con que la lleves a un curso avanzado de matemáticas, ya estuvo —Gabriel soltó una risita mientras ambos caminaban hacia el carro. Abrió la puerta y subió primero—. Mira, la verdad es que el profe siempre ha sido alguien que disfruta estar con niños. Su hijo está en la milicia, más o menos de nuestra edad, pero sigue soltero. El profe ya está grande y todavía no tiene nietos.

—Entre los estudiantes cercanos, solo tú has tenido una hija. Él tiene sus motivos, le cae bien Isa, por eso te lo propuso.

—No le vayas a dar la espalda, Irene, se puede poner triste.

Irene se acomodó en el asiento del copiloto, cerrando la puerta del carro.

—¿De veras piensas que es así?

Se quedó callada, meditando unos segundos.

—Ya casi llegan las vacaciones. Lo voy a pensar.

Le preocupaba qué hacer con Isa cuando iniciara el ciclo escolar. Con tanto trabajo encima, aún no tenía claro quién podía cuidar a su hija.

Su plan siempre fue tenerla cerca, pero con su mamá ocupada en todo el lío de Red InnoSmart, tampoco quería cargarle más cosas.

Miró a su alrededor y se dio cuenta de que no había nadie en quien confiara para dejarle a Isa.

Gabriel notó la preocupación reflejada en su mirada.

—Los amigos del profe ya presumen a sus nietos cada vez que pueden. Si dejas que Isa se quede con él, seguro le da gusto y, además, le das un motivo para presumir también.

—Isa es lista. Si se rodea de gente como el profe, igual y termina superándote, ¿eh?

Ya lo había notado: Isa tenía una memoria fuera de lo común. Recordaba todo, de una sola vez. El talento de sus papás se había manifestado en ella por completo.

—Irene, no es que quieras complicarle la vida al profe, ¿verdad? —Gabriel le habló con cuidado, sabiendo que ella tenía sus motivos.

El profe entendió que, después de su regreso al mundo profesional, tener una hija hacía todo más complicado. Irene había logrado encontrar un balance entre su familia y el trabajo, aunque eso le costara el doble de esfuerzo.

Ahora, con el nuevo proyecto del IAP y el rollo del satélite, el profe se ofreció a ayudar llevándose a Isa.

—Voy a platicar con él cuando llegue el momento —dijo Irene.

Gabriel asintió, satisfecho.