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Todo por mi Hija romance Capítulo 267

—¿Camelia? —Gabriel la miró, intentando descifrar su expresión.

—Ajá —Irene guardó el celular, y sus ojos destilaron una burla apenas disimulada—: Vino a presumir que consiguió dos nuevos socios para la empresa y que quiere que vayamos a su fiesta de celebración.

Gabriel soltó una risa burlona.

—Qué rápido le gusta presumir los logros… A ver si es cierto que puede sostener el ritmo.

Parecía tan desesperada por lucirse, que cualquiera pensaría que había conseguido algo extraordinario.

Irene sonrió, con una calma que rozaba la ironía.

—Ya veremos cómo le va.

...

Mientras tanto, en el otro lado.

Camelia cortó la llamada.

Armando, sin poder ocultar su ansiedad, preguntó:

—¿Y qué te dijeron?

—Que no van a venir —respondió Camelia, con tono seco.

Armando levantó la copa y dio un trago, cruzando la pierna mientras hacía girar el vino.

Ese resultado ya lo había anticipado.

—Eso era lo más lógico. ¿Con qué cara iban a venir? Si no tienen la capacidad, los socios jamás los elegirían.

Seguro ya se dieron cuenta de que no pueden con el paquete; si aparecían aquí, solo iban a quedar en ridículo.

Giró la cabeza y miró a Enrique.

—Enrique, menos mal que ya te vas a divorciar. Imagínate tener a una esposa así en la casa… solo te haría pasar vergüenza.

—Siendo honestos, ¿cómo es que MacroDigital Solutions, con el mismo giro, logra cerrar tratos uno tras otro y quedarse con los mejores proyectos, mientras ellos ni un contrato pueden firmar?

—¿No será que el líder de ese equipo en serio no da una?

Armando siguió desmenuzando la situación:

—Y si al final firmaron con una compañía que resulta ser puro cuento… ¿No será que todo eso de los contratos y proyectos es puro humo?

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

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