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Todo por mi Hija romance Capítulo 287

—¿Escuchaste que la final nacional del concurso está por empezar? —preguntó César, lanzando la pregunta como quien deja caer una piedra en el agua—. ¿Cómo van los preparativos? Si quieres, puedo revisar contigo el plan.

Irene no se esperaba que su maestro siguiera al tanto de ese concurso.

—Ya casi está todo listo. Cuando se acerque la fecha, podríamos agendar una reunión. Llevaré al equipo de Rocket Brains y así podríamos platicarlo juntos. Me gustaría recibir sus consejos.

Si lograban avanzar a la final global y ganaban, tendrían pase directo a la agencia aeroespacial en Europa. Incluso si no quedaban seleccionados, su nombre se haría famoso a nivel mundial.

—Bien —asintió César, con una chispa de orgullo en la mirada—. Confío mucho en ti, al final ustedes son el futuro de nuestro país.

Participar en competencias internacionales, enfrentarse contra jóvenes de otros lugares, permitía conocer de cerca las fortalezas y debilidades de cada quien.

Trabajar en ciencia no era cosa de encierro ni de quedarse en la burbuja.

—Cualquier dificultad que tengas, no dudes en decírmelo —le dijo César, con una voz cargada de significado—. El camino en la investigación científica es largo y pesado.

Hizo una pausa y bajó el tono, como si compartiera un secreto:

—En especial... Sabes bien que aquí nadie se hace rico.

Hasta el diseñador principal, el de más alto rango, apenas alcanzaba un millón al año.

Aunque el gobierno destinaba fondos, el dinero para investigación siempre escaseaba.

En este sector, tanto el esfuerzo como el dinero invertido eran descomunales.

Sobre todo en los momentos en que el futuro parecía un espejismo y la esperanza se alejaba, el corazón se encogía y el cuerpo se resentía.

Cada proyecto podía tomar años; para los jóvenes con impulso y ganas, era una prueba de aguante.

César la miró con más profundidad y continuó:

—Si te enfocas en este campo y ahora que la empresa que tienes con Gabriel está creciendo, las patentes podrían dejarte una buena suma.

Irene se quedó quieta ante esas palabras.

Al cruzar la mirada con su maestro, algo se aclaró en su interior.

César ahora tenía más canas en las sienes y se veía más envejecido que antes.

Aun así, seguía al pie del cañón.

Él nunca sacaba el tema del salario sin motivo.

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

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