Un Amor Enterrado por Secretos romance Capítulo 24

—Víctor, me duele mucho mis piernas.

La voz sollozante de Laura resonaba en su cabeza. Víctor se incorporó abruptamente, con el rostro pálido.

Otra vez había tenido una pesadilla. Desde su regreso a Monteluz y tras haber perdido sus piernas, estaba atrapado constantemente en el pasado.

Sus hermanos lo visitaban frecuentemente, pero él rechazaba su ayuda, insistiendo en trasladarse por sí mismo de la cama a la silla de ruedas.

Hoy era el día de su boda con Sonia.

—Víctor, ¿de verdad no vas a tratar tus piernas? El médico dijo que todavía hay esperanzas de recuperación. —Comentó alguien mientras empujaba su silla.

Víctor negó con la cabeza, mostrando un rostro agotado:

—Esto es lo que le debo a Lala.

—Pero sus piernas ya están bien, no necesitas hacer esto.

—Es lo que le debo.

Respondió con frialdad, y el silencio se impuso.

Los sirvientes y el mayordomo se apresuraron a arreglar su apariencia, ocultando hábilmente el cansancio en su rostro. Finalmente, Eduardo lo llevó hasta el lugar donde se celebraría la ceremonia.

Allí lo esperaba Sonia, radiante en su vestido de novia. Aunque Eduardo había sugerido cancelar la boda debido al estado actual de Víctor, ella no aceptó, decidida a mantener su promesa.

—Víctor, finalmente llegó este día. —Dijo Sonia sonriendo.

Bajo las luces, lucía especialmente hermosa, como una princesa. Víctor forzó una sonrisa y tomó su mano.

—Sí, organicé todo como a ti te gusta. Finalmente lo logré.

Sonia no respondió, pero sus mejillas se colorearon suavemente.

La ceremonia transcurrió sin complicaciones, tal como estaba planeado.

Los invitados aplaudían, incluidos Eduardo y Esther, pero Víctor se sentía ausente, como si ya no pudiera pensar ni sentir.

El oficiante pronunció con entusiasmo las solemnes promesas matrimoniales: