Una curvy para el Alfa romance Capítulo 162

Fabrizio

—No puedo creer que hombres lobos estén metidos en esto— decía Andrea mientras caminaba a mi lado.

Ella y Leo me habían contado de sus avances y ya sabíamos donde comenzar. Habíamos ido a todos los bares de la ruta, y era como ir encontrando migajas, pistas y detalles… pero en algún momento teníamos que encontrar la sede de esta gente.

—Todos los seres se aprovechan de otros… siempre que tengan una gota de sangre humana… lo he visto desde que camino por esta tierra— le digo y ella suspira.

Leonardo solía quedarse afuera vigilando, mientras ella y yo avanzábamos. Se nos acababa el camino. En un par de días habíamos recorrido rápidamente los lugares que ellos no habían podido investigar.

Y yo sabía que el tiempo no nos sobraba y que Medianoche que necesitaba que llegara con ayuda, así como Tatiana, y también Xavier. No por ser dramático, pero todo el mundo sobrenatural y también el humano necesitaba de nuestra ayuda.

Nos quedábamos sin opciones.

—Tengo el presentimiento de que hoy tendremos éxito— le digo a Andrea.

—¿Eso lo dice tu experiencia de tantos años viviendo en la tierra?— pregunta ella y yo me sonrío. Tiene un excelente sentido del humor.

—En realidad es porque me parece un lugar tan sucio y desagradable que... grita crimen por todas partes—

—Ciertamente, si— dice ella arrugando la cara.

El lugar es realmente desagradable, hay muchos lobos, rouges y algunos vampiros.

—Aquí sin duda hay humanos... aunque no estén a la vista, el olor es tenue, pero existe, lo están intentando enmascarar— digo. Tiene que ser aquí.

—Parecería que los deben tener muy bien escondidos— me susurra ella. Yo busco a quien debería ser la persona aquí con mayor poder, justo con quien tenemos que hablar para obtener información que deseamos.

Y parecería que es el hombre más grande y también el más desagradable de todo el lugar, ¿por qué no me extraña? Yo me encamino hacia él, quien me mira de forma amenazante,

¿Realmente cree que va a poder conmigo? Suspiro. El lobo grande nos habla con tono de burla.

—¿Qué hace una loba y un vampiro entrando a mi bar?—

—Me han dicho que aquí se puede encontrar mercancía... que no se encuentra en otros lugares— digo.

El hombre me ve con desconfianza, tiene una barba tupida, una camisa sin mangas y la apariencia de no haberse bañado en un muy buen tiempo. Veo que Andrea se tapa la nariz sin siquiera disimular.

—¿Qué tipo de mercancía? Bebidas, alcohol…— responde él, y yo me acerco.

Sé que él puede sentir el frío de mi aliento y de mi piel... esa sensación de que algo no está bien. De que sus instintos le dicen que no es recomendable jugar conmigo.