Una curvy para el Alfa romance Capítulo 26

Sebastián

— Otra mujer, otra mate... alguien que mi manada estuviera dispuesta a aceptar— me decía ella mientras tomaba mis manos, era la primera vez que se acercaba a tocarme voluntariamente.

Yo sabía que esto iba a ser complicado, pero honestamente no había imaginado cuánto. Me había dado cuenta de que era extremadamente difícil predecir lo que ella haría o diría.

Creo que era una chica tan interesante y con sentimientos tan complejos... que era cualquier cosa menos una mujer sencilla como había pensado. Y eso me hacía que me gustara aún más... ¿Era loco, no? Pero era lo que de verdad yo sentía.

Era claro que ella no me quería, ni siquiera para intentar esto, y jamás había imaginado un dolor tan profundo. Nosotros, los alfas, creíamos que éramos tan importantes que cualquier mujer se sentiría muy afortunada de ser nuestra mate o ser elegida.

Cualquier mujer loba de la manada estaría encantada con ser Luna, pero Tatiana pensaba más allá. Y aun cuando tuviera algo de razón de que la manada no sería feliz con esto... yo no podía dejar de horrorizarme con la idea.

Debí haberle dicho que éramos mates hace mucho tiempo y también de que mi lobo era ese que ella tanto le gustaba que la visitara. Mis errores se iban acumulando y yo temía que en algún momento fueran imperdonables... quizás ya había llegado a ese punto.

Pero aún me rompía más el corazón la idea de que ella no se considerará apta para el rol que sin duda le tocaba por derecho, porque era mi mate verdadera... no una elección ni un simple capricho, era lo más real que yo había experimentado en toda mi vida.

—Tú eres hermosa poderosa fuerte y ágil... eres todo eso y más Tatiana ¿Cómo no te has dado cuenta? ¿Cómo puedes decirme algo así?— le digo y veo en sus ojos que no me cree. Está tan convencida de que no debe estar conmigo… que Connor se desespera.

—Tú te defendiste y me defendiste a mí contra Andrés, también protegiste a tus hermanos y estoy segura de que a todo el mundo siempre que pudieras... —.

—Tú solo ves ahora todas estas cosas porque yo soy tu mate... pero la realidad es que si no lo fuera, ¿también lo pensarías y me lo dirías?— dice yo me quedo anonadado.

Ella sigue tomando mis manos y se acerca más a mí y veo que sus ojos ahora brillan aún más hermosos, pero las palabras que me dices son terribles.

—Si yo no fuera tu mate... no estarías preocupado por mí. No estarías cerca de mi casa esperando, ni tampoco hubieses actuado cuando llegó Andrés. Mucho menos te hubieses involucrado para estar en el pueblo y formar parte de las reuniones. Tampoco te hubieses preocupado de ninguno de los humanos aquí— dice ella y ahora yo no tengo respuestas.

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