Una curvy para el Alfa romance Capítulo 54

Sebastián

—¡Hemos sido atacados nuevamente! —

—¡Nosotros perdimos parte ya de nuestro territorio!—

—¡Solo han dejado sangre y terror a su paso!—

Era lo que decía en la mayoría de los alfas en relación con el ataque de los rogues. No habían ocurrido todos al mismo momento, pero la frecuencia y las manadas atacadas... hacían pensar que esto no era una casualidad.

Aquí hay algo oculto, un plan contra nosotros.

—Los rouges que atacaron mi manada estaban extremadamente organizados... no era una conducta propia de ellos— decía Alfa Xavier.

—No me queda de la menor duda de que nuestro enemigo ha hecho todo lo posible para manejar a los rogues... aliados con los humanos…— decía Marco muy convencido.

—¿Qué tienen que ver los humanos? ¡Estamos hablando de ataques muy cruentos que vimos que eran directamente de lobos sin manada!— decía otro Alfa.

—Los humanos están tomando cada vez más territorio, talando y cazando y así moviendo el hábitat de los rouges... ¿Y si han negociado juntos? Los humanos son criaturas desleales… muchos aquí lo saben…— decía Marco, mirándome a mí.

—Los humanos también están sufriendo... han estado recibiendo ataques de lobos... la misma policía no sabe qué hacer y también están las desapariciones— decía Alfa Xavier. Nos había comentado algo así y esto tenía a mi lobo al borde.

—También sabemos de qué han estado abduciendo a mujeres, humanos en general y también de otras especies. Hay muchos casos de desaparecidos, nada de esto es normal. Es algo jamás escuchado en esta región— decía David y Marco ya iba a interrumpirlo cuando yo me paré firme.

—Tenemos que volcar nuestra atención a quién es el enemigo detrás de esto... sé que todos hemos sufrido ataques y que también tenemos la tentación de echarle la culpa a los humanos, pero tenemos que encontrar el fondo del asunto cuanto antes. Alguien está detrás de nuestros territorios y manadas, y no lo permitiremos— digo y siento que mi poder se expande, y que los otros alfas lo sienten.

Connor tenía razón, nuestra mate destinada nos había hecho más fuertes. Los hombres del Concilio nos observaban con curiosidad. Eran alfas mayores que ya habían dejado el control de sus manadas, pero se habían dedicado a servir a nuestra especie.

—Alfa Sebastián tiene razón... tenemos que investigar aún más—

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