Una curvy para el Alfa romance Capítulo 70

Sebastián

—¿Cómo está? ¿Cómo se siente?—, me preguntaron los hermanos mientras yo la dejaba dormir a ella.

—Ha sido… un shock. Ella adora esos animales y ha sido una escena espantosa... —

—Lo siento Alfa… estábamos ocultándolo cuando…—

—Lo entiendo…. ¿No encontraron nada extraño en las cercanías?—

—Nada, excepto olor a lobos, pero honestamente no sabemos decir a quién pertenece. También hay un ligero olor a rogues— dice Marina abrumada.

—Han matado al pobre animal para dar un mensaje, justo aquí en la puerta de la casa. Pero también porque el olor de ellos se confunde con el nuestro, debo decir que es una idea muy bien pensada... — confieso.

—¿Qué vamos a hacer con Tati?— preguntan, y esa era la cuestión más difícil.

—Ella no quiere que nadie la vigile, pero es obvio que alguien ya descubrió que ella es mi mate y que si quieren atacarme a mí o peor... quieren buscarme guerra… ella es la clave— digo y ninguna de las opciones es positiva.

Todo se resume nuevamente a Marco. El alfa está buscando acercarse a mí y acabarme y si me descuidaba iba a poder lograrlo.

—Ella quiere ir a trabajar... —

—Sí, y aunque estoy en contra de que ella se exponga... creo que le hace bien, mejor que estar aquí encerrada. Y quizás es el lugar más seguro, rodeada de gente que conoce— digo.

Tengo que volver a la manada, pero antes de irme hablo con Noemí, era una guerrera fuerte y además parecía que ella sentía un especial afecto por mi mate.

En el poco tiempo que habían tenido juntas se habían llevado bien y eso no era algo menor. Si yo quería llevar a mi mate a la manada, tenía que ganar adeptos primero.

—No te separes de ella en ningún momento—

—La nueva luna será mi responsabilidad, haría lo que fuera para protegerla— dice ella seria y decidida.

Cuando regreso a la manada, con los guerreros, revisamos exhaustivamente el territorio, superviso los entrenamientos, y los mantengo al tanto de cuáles son los peligros y qué es lo que se viene.

Quería que entendieran el problema con los humanos y que todo esto podría afectarnos y que es sobre todo, no confíen en la manada Razzio. Cuando volví a la casa de la manada, mi madre me dice nerviosa.

—Tu padre te está esperando—

—¡Sí, yo soy tu hijo, pero también soy tu Alfa! Y no acepto de ninguna manera que te entrometas en mis asuntos— le digo firme, sentía que temblaba de la rabia, odiaba tener esta conversación. Hunter empezaba a sacar las garras, ciego de la furia.

—Yo sé que tus intenciones son buenas, pero yo soy el alfa aquí, esta es mi herencia y mi deber. Quieras o no, yo puedo, y debo tomar mis propias decisiones... —

—Pero siempre vas a necesitarme ayuda, hijo... — decía mi padre. Un hombre fuerte, pero que la edad ya le había golpeado. Con todo y eso él aguantaba la necesidad de someterse a mí.

—Sí, cuando lo necesite. Pero ahora no es el momento. Tendrás que resolver este problema y decirle a ese Alfa que yo no voy a estar con su hija, ella no será Luna de esta manada ¿Quedó claro?— le digo y se ve angustiado.

—Si no tienes una mate pronto, si no puedes saciar a tu lobo, tú vas a enloquecer y todos estaremos en peligro... —

—Te puedo decir sin lugar a dudas que yo tengo fe en la diosa luna, en que ella me guiará. Sea lo que sea que venga en mi futuro, yo decido confiar y creer, la luna de esta manada llegará pronto y será perfecta…— le digo con tal confianza que él asiente.

Un hombre lobo puede negar y hablar de muchas cosas, pero desde el primer momento en que se le menciona a la diosa luna y a nuestras creencias ya no hay más que decir.

—Por favor no quiero escuchar más de este tema y espero que próximamente esté solucionado— le digo fríamente y escucho que Connor resopla. Quizás teníamos que pasar por esto para demostrarle quién manda.

—Aléjate también de Razzio ... crees que estás al tanto de todo, pero no sabes en lo que ellos están metiendo y va a ser peligroso para todos al final, créeme. El mundo está cambiando padre y nuestro futuro va a depender si nosotros nos adaptamos o no— le digo cuando está por marcharse y lo escucho suspirar.