Una curvy para el Alfa romance Capítulo 94

Sebastián

En vez de encontrarme con una agradable tarde de brunch entra las personas más importantes de la manada, al llegar al salón me encontraba prácticamente con un enfrentamiento.

La situación era extremadamente confusa, pero yo solo podía ver una cosa: mi mate estaba siendo atacada.

Podía sentir su miedo y ansiedad desde aquí, y mi lobo solo podía pensar que ella estaba en peligro y no lo iba a permitir. Y si fuese otra situación, simplemente hubiese arrasado con todo, pero estaban las personas más importantes para mí, aquí reunidas. Por lo tanto, rugí con toda mi fuerza para intentar poner orden.

—¿Qué demonios está sucediendo aquí?— grité y automáticamente todos se callaban. Ya varios estaban arrodillados desde el momento en que entré y los que faltaban ya estaban en posición de sumisión.

—Alfa…— dijeron algunos, reconociendo mi poder, las únicas que no se inclinaron fueron mi mate y mi abuela que la sostenía ella. Veo que está Noemí en su loba, al pie de mi mate defendiéndola, preparada para atacar con dientes y garras.

—Necesito explicaciones, ¡ya!— dije furioso y Connor estaba al límite.

—Alfa… solo estábamos pidiendo explicaciones sobre la invitada aquí— decía Janet.

Habíamos sido amigos de toda la vida, pero yo ya con el tiempo me había empezado a alejar de ella. Era la hermana de David, mi mejor amigo, pero también una chica problemática, malcriada y que su padre, el antiguo Beta, había empeñado en emparejar conmigo.

—¿Qué explicaciones necesitan? Tatiana es una invitada especial. Mi madre los trajo aquí para que me ayudaran a que ella se sintiera a gusto, pero por lo que puedo ver ese no ha sido el caso—

—No, mi nieto... ese no ha sido el caso, desde que la niña ha entrado solo ha sufrido maltratos— dice mi abuela y yo rujo de nuevo. Tatiana ahora me mira directamente y es como si su expresión me dijera “te lo dije, te dije que esto iba a suceder”

—¿Cómo se atreven? ¿Es que no les quedó claro el pedido de su Alfa? El pedido expreso de su Luna en esta invitación— digo.

—Alfa nosotros…— empiezan a decir algunos, pero yo expando mi poder y ahora se quedan temblando. Se van a arrepentir de esto, yo haré que se arrepienten todos los días de su vida.

—Hijo, estábamos buscando llegar a un acuerdo— decía mi mamá visiblemente molesta, nada de esto era lo que habíamos planeado. Toda esta situación frente a la manada nos hacía mostrar vulnerables, débiles, y eso era todo lo que no quería representar mi familia.

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